Dentro del Museo Franciscano, ubicado en el convento de San Francisco del Centro Histórico de Quito, se celebra la exposición de pesebres artísticos como recibimiento de la Navidad. Con 40 obras que vienen de diferentes zonas de la capital, la muestra se realizará de forma permanente hasta el 6 de enero. 

Para la exhibición, los pesebres fueron elaborados con materiales reciclados: cartón, espumaflex, estuco, paja, madera, tejidos, tejas y  semillas, según contó el fray Víctor Pupiales, director del museo Fray Pedro Gocial.  Algunos nacimientos fueron construidos con conchas y arena, otros con cartón y papeles de colores. 

Alquinos nacimientos que reflejan las costumbres ecuatorianas y escenarios diversos como la propia Iglesia de San Francisco. Y es que los pesebres se han convertido en fiel reflejo de la coexistencia de lo autóctono, lo colonial y la espiritualidad.

Los artistas y artesanos latinoamericanos introdujeron su propia forma de expresión y su mirada particular, e involucraron elementos propios de las regiones y de los oficios populares  en la época colonial. “Dependiendo de la habilidad e intención del artesano podemos tener, por ejemplo, belenes serranos o de la región andina donde representaban la natividad de un niño o virgen indígena”, dijo Pablo Rodríguez, administrador y coordinador del Museo San Francisco de Quito.

La muestra de nacimientos se ha convertido en una tradición en Quito desde el 2006, cuando por iniciativa del fray Walter Verdesoto se propuso una muestra  con la temática de los 100 pesebres del mundo y contó con la participación de figuras traídas de diferentes partes del mundo.

El año pasado la muestra se suspendió debido a la situación sanitaria, y este año se retoma con el compromiso de cumplir con las normas de bioseguridad como el uso de mascarillas, alcohol, gel y cumplimiento de aforos, manifestó Pupiales.