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Mark Diaz Truman fundó MagpieGames en 2011 junto a su pareja, Melissa Kelly. Los dos son amantes de los juegos y querían trabajar juntos en algo más creativo. Tienen un equipo de trabajo diverso y procuran que en sus proyectos participen diseñadores de minorías. Foto: Magpie Games
Mark Diaz Truman fundó MagpieGames en 2011 junto a su pareja, Melissa Kelly. Los dos son amantes de los juegos y querían trabajar juntos en algo más creativo. Tienen un equipo de trabajo diverso y procuran que en sus proyectos participen diseñadores de…

Mark Diaz Truman: “No todo el mundo sabe de detrás de su juego favorito hay un latino”

El emprendedor Mark Diaz Truman conversó con AL DÍA sobre su infancia como descendiente de latinos en Nuevo México y la experiencia de ser emprendedor en el…

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¿Se imagina un juego de rol que permite a los jugadores ponerse en la piel de narcos, esposas ingenuas y policías corruptos que protagonizan la eterna guerra contra el narcotráfico en México? Así es Cartel, la última creación de Magpie Games, la empresa de desarrollo de juegos creada por Mark Diaz Truman, un emprendedor de origen latino nacido en Alburquerque, Nuevo México.

“En una industria dominada prácticamente por historias con protagonistas blancos, me hace ilusión presentar un juego que anima a los usuarios a adentrase en el mundo del narcotráfico mexicano,” explica Diaz en una entrevista por email con AL DIA. A principios de marzo, el emprendedor lanzó una campaña de crowfunding en Kickstarter para poder financiar su nuevo juego, y desde entonces lleva recaudados más de 27,000 dólares. Con la campaña de Cartel, Diaz también espera poder atraer a más jugadores latinos, una comunidad con la que convive en su día a día en Alburquerque.

Cuéntenos un poco más sobre su aventura como emprendedor latino

Crecí en Alburquerque en los 80 y los 90; mis padres trabajaban los dos en la universidad de Nuevo México. Mi padre es descendiente de inmigrantes irlandeses y alemanes que se asentaron en Oklahoma, pero mis abuelos se mudaron a Arizona para ser profesores en las reservas indias. Pero mi madre es mexicana de tercera generación, mi abuelo cruzó la frontera de El Paso a principios de 1900, mudándose primero a Albuquerque y luego a Flagstaff, AZ, donde se conocieron mis padres.

Crecí con fuertes lazos con Arizona y N.M, pero también comprendí que, en comparación a otras familias de N.M que llegaron de México hace cuatro siglos, o con los indios Pueblo, seguíamos siendo como recién llegados. Se hablaba mucho de todo esto cuando era pequeño.

¿Tuvo consciencia de su identidad mexicano-americana?

De niño tuve mucha suerte, porque mi madre se involucró mucho en mis estudios. Es historiadora, ese tipo de académicos que se empeña en contar historias de gente que no suelen enseñarse en las escuelas. En mi colegio se enseñaba la historia de N.M a partir de la revuelta de los Pueblo. En mi casa me decían a menudo que la frontera era un invento moderno.

A medida que me hice mayor, acabé pasando más y más tiempo en lugares “blancos”. A pesar de ir a una escuela con un 60% de alumnos latinos, yo solía ser el único hispano en las clases más avanzadas. Crecí luchando con esa pregunta en la cabeza: ¿Soy suficientemente Latino?, ¿me estoy perdiendo algo porque no hablo bien español o no llevo la misma ropa que ellos?” Nunca sentí que mi identidad estuviera muy clara hasta que me mudé a Arizona para estudiar en la universidad y me di cuenta de que había lugares diferentes a Nuevo México.

¿Cuándo decidió montar su propio estudio de videojuegos?

Soy emprendedor desde 2007. Ese año tomé el control de una empresa de tutorías académicas al enfermar de cáncer su dueño, Alan. Reuní a todos los tutores y me ofrecí para tirar adelante el negocio. La mayoría aceptó, así que nos embarcamos en un viaje de diez años ayudando a estudiantes de pocos recursos del estado de N.M. Nunca imaginé que tendría mi propia empresa, pero cuando Alan murió entendí que le hubiera gustado que siguiera iluminando a esos muchachos.

En 2011, mi pareja, Melissa Kelly, y yo, decidimos que queríamos trabajar juntos en algo más creativo. Como ella es artista y yo escritor, (y los dos amamos los juegos), decidimos montar Magpie Games. Llevamos más de veinte juegos creados, ¡no tenemos intención de parar!

Una de las razones por las que nos apasiona nuestro trabajo es la posibilidad de trasformar la industria desde dentro, de hacerla más diversa. El sector de los juegos de mesa está dominado por hombres blancos, pero nosotros tenemos juegos como Bluebeard’s Bride y Pasión de las Pasiones hechos por diseñadores de minorías.

¿Un emprendedor latino tiene las mismas oportunidades de emprender en Nuevo Mexico que en California o en la Costa Este?

En Arizona y N.M tenemos suerte de tener una comunidad latina muy unida y alentadora. De niño siempre supe que podía llegar a ser lo que quisiera, después de todo, crecí rodeado de muchos latinos en posiciones de liderazgo. Y se oye hablar español constantemente. Eso sí, Nuevo México es muy pobre, y como empresario y organizador comunitario siempre me pregunto cómo podríamos atraer más oportunidades para la gente de Alburquerque.

“Cartel” permite a los jugadores ponerse en la piel de un narco mexicano. ¿No encaja eso con los prejuicios del presidente Trump sobre los latinos?

A primera vista, puedo entender que la gente crea que Cartel juega a favor de lo que dice Trump. ¡Él ve a México así! Pero el juego no es sobre drogas, es sobre personas que están en situaciones límite, intentando sacar lo mejor de lo peor. Carel no pretende glorificar las drogas ni la narcocultura, sino dar una oportunidad a los jugadores de convertirse en personajes mexicanos, de comprender que la gente implicada en el narcotráfico son personas. También va de entender que la guerra contra la droga no es una guerra entre “policías buenos” y “criminales malos”, sino una guerra entre el hambre de Estados Unidos por consumir drogas y el desprecio que siente por ellas a la vez. Mi experiencia es que jugando a juegos como Cartel se entiende mejor que series como “Narcos”, “Breaking Bad” o “The Wire” son en realidad historias sobre sistemas de poder.

¿Puede ayudar “Cartel” a a atraer más latinos a la industria del juego?

En la actualidad hay bastantes diseñadores de juegos latinos increíbles, como Tim Rodriguez, Christopher Badell, etc. Los latinos son una fuerza cultural, aunque no todo el mundo se da cuenta de que detrás de su juego favorito hay un latino. Sin embargo, es duro verme a mí mismo en la industria del juego de masas. Si elijo el rol de un personaje latino es porque lo estoy aportando yo a la historia, en lugar de encontrármelo ahí.  

Tengo la esperanza de que Cartel ayude a romper esta barrera, ofreciendo a los jugadores latinos al menos un juego que saben que va sobre ellos. Ellos son los protagonistas de la portada y de las ilustraciones. No tienen que ir rebuscando en la historia para encontrarse.

Obtuvo su Maestría en Políticas Públicas y Democracia en la Harvard Kennedy School. ¿Cómo ve la situación de los latinos con Trump?

Cuando estuve en Harvard, me sorprendió ver cuántos latinos eran admitidos cada año. Hay mucho talento latino que pasa desapercibido en favor de estudiantes mediocres con sus currículums llenos de escuelas privadas y programas que encajan mejor en los formularios de entrada. Necesitamos hacer algo más para romper esas barreras y reclamar nuestra parte justa de los recursos que representan instituciones como Harvard.

Pero el actual clima político de EE. UU. lo hace más difícil que nunca. Me sorprendió ver que Trump se presentaba a las elecciones con un mensaje nativista, anti-latino... y ganó. Aunque los latinos continúan ganando peso en el éxito cultural y económico de los Estados Unidos, me parece a mi que mucha gente (incluidos los progresistas blancos) a menudo sigue pensando en nosotros como “los Otros”. Necesitamos luchar por nuestro derecho a ser tratados igual en el debate político.