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El cultivo del Panapén es uno de los nuevos recursos para la recuperación económica y medioambiental de Puerto Rico, tras la devastación del Huracán María. Foto cortesía de: Amasar LLC.
El cultivo del Panapén es uno de los nuevos recursos para la recuperación económica y medioambiental de Puerto Rico, tras la devastación del Huracán María. Foto cortesía de: Amasar LLC.

Renace la cosecha en Puerto Rico tras el golpe de María

El desarrollo de la agricultura en Puerto Rico ha sido uno de los más grandes retos del país durante décadas. Hoy en día, es una oportunidad para la…

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Rubén Rosas y Luis Cuadrado cultivan hortalizas además de elaborar salsas picantes y condimentos.  Marisol Lugo y su familia cultivan panapén, lo deshidratan, y transforman el producto en harinas para hacer pancakes. ¿Qué tienen en común estos empresarios, además de estarse ganando el sustento a través de la agricultura en Puerto Rico? Que hace tres años ninguno de ellos se dedicaba al cultivo de la tierra.

Marisol Lugo, fundadora de Amasar Inc. Foto: Amasar LLC.

Rubén es trabajador social comunitario, y su socio, Luis Cuadrado, se identifica como comunicador.  Ninguno de ellos, ambos en sus treintas, viene de familia de agricultores. Sin embargo, en el 2015 se dieron a la tarea de iniciar el proyecto agrícola “A la cosecha” en el pueblo de Yabucoa, municipio en el sureste de Puerto Rico. Allí comenzaron cultivando “recao”, pimiento, ají dulce y berenjena, entre otros productos. Pero su labor no se limita a los cultivos y productos que elaboran con esa materia prima.  Los jóvenes desarrollaron también un proyecto educativo promoviendo visitas de grupos de estudiantes a su finca, además de ofrecer charlas y asistencia técnica en escuelas para promover el desarrollo de huertos escolares y comunitarios

Con lo que no contaban era con la llegada del huracán María en septiembre del 2017.  Perdieron todos sus cultivos y estuvieron sin servicio de energía eléctrica durante 10 meses.  Un donativo de seis mil dólares de World Central Kitchen, organización fundada por el reconocido chef español José Andrés, los ayudó a comenzar de nuevo.  Y allí están, dando la batalla. “Ha habido un despertar,” señala Rubén. “Está el que se retiró después de María, y está una cepa de agricultores con consciencia más clara de la necesidad de retomar los procesos desde una perspectiva no solo social, sino ecológica.”

Winners of WCK donations in PR. Source: http://www.wck.org/

El desarrollo de la agricultura en Puerto Rico ha sido uno de los más grandes retos del país durante décadas.  Para el año 1940, por ejemplo, la agricultura representaba un 33.7% del ingreso bruto de la isla. Ya para el 2002, esta aportación era solo de un .1%, generando aproximadamente 13,700 empleos.  Luego del impacto de los huracanes Irma y María en el 2017 las pérdidas en este sector han sido estimadas en 2,200 millones de dólares.

A principios del 2019 se llevó a cabo el censo agrícola del Departamento de Agricultura de los EU (USDA) cuyos datos finales serán publicados en febrero del 2020.  Pero en Puerto Rico no hay que esperar al censo para saber que los aires de cambio han llegado. La transformación se ve. Si bien, por un lado, el golpe de María obligó a muchos agricultores, principalmente mayores de edad, a retirarse, por el otro, se convirtió en la llamada de alerta para muchos jóvenes. 

Héctor Betancourt, presidente de la asociación de agricultores del municipio de Trujillo Alto, coincide en que la consciencia desarrollada después de María ha inyectado a la agricultura con sangre joven.  “Están trayendo nueva tecnología, como cultivos hidropónicos y para pequeños espacios. Los jóvenes se están dando cuenta de que la agricultura en Puerto Rico se ha convertido en algo de lo que pueden vivir.”

Esta nueva sustentabilidad es el resultado de la enorme cantidad de mercados agrícolas familiares y ferias agrícolas que han surgido a través de toda la isla.  A estos pequeños mercados se suman las cadenas de supermercados locales y algunas multinacionales, como es el caso de Walmart, las cuales no solo apoyan al agricultor comprándoles sus productos, sino también obligándolos a elevar sus estándares de calidad.

Jóvenes agricultores. Foto: Lily García.

El chef José Andrés, quien capitaneó un equipo que sirvió más de tres millones de platos de comidas después del impacto del Huracán María, dice estar seguro que Puerto Rico tiene un gran futuro en la agricultura. “No tiene sentido que en la isla se esté consumiendo ensalada de California cuando se puede producir aquí.  En Puerto Rico se importa un 90% de los alimentos, pero mi sueño es que en cuatro años ya estemos en un 75%”

El presidente de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, Héctor Iván Cordero, explica que, aunque el resurgir agrícola es real, todavía falta mucho por lograr.  Una de las áreas de mayor crecimiento ha sido la del café, la cual compone dos terceras partes de la matricula de la asociación. Cordero admite que el interés está, pero que para que la industria agrícola siga expandiendo, deben fortalecerse otros elementos.

“La seguridad alimentaria depende de la seguridad que tenga un país para almacenar y transformar los productos para que estén disponibles cuando haya una emergencia,” señala. “Y en nuestra isla han desaparecido las empacadoras, procesadoras y enlatadoras de alimentos.  Eso limita mucho al agricultor.”