El sábado 2 de octubre, un derrame de petróleo fue reportado en la costa del sur de California como resultado de la fuga de unos 3.000 barriles de petróleo o unos 570.000 litros de una plataforma marina frente a la costa de Huntington Beach, cerca de Los Ángeles. Este es uno de los peores desastres ambientales a los que se ha tenido que enfrentar la zona en décadas. 

 

“Este vertido de crudo supone una de las situaciones más devastadoras a las que se ha enfrentado nuestra comunidad en décadas”, dijo en una rueda de prensa Kim Carr, alcaldesa de Huntington Beach.

 

Tras el masivo derrame , la mayor preocupación de las autoridades ha sido el impacto ecológico que se pueda tener en la región, donde aves y peces comenzaron a aparecer muertos en la costa debido al alto grado de contaminación. 

 

“Desafortunadamente, como resultado del vertido, estamos empezando a ver peces y pájaros cubiertos de crudo que están llegando hasta nuestras costas”, agregó Carr, que confirmó que la responsable de la fuga es de la compañía Beta Offshore. 

 

Por su parte, la portavoz del Servicio Guardacosta en la zona de Los Ángeles y Long Beach, Rebeca Ore, afirmó ante los medios que se está siguiendo de cerca la mancha de petróleo tanto con aviones que sobrevuelan la zona como con personal en las costas, y apuntó que se están organizando las labores de limpieza.

 

El consejero delegado de Amplify Energy, empresa encargada de Beta Offshore, Martyn Willshare, confirmó ante la prensa que la compañía se dio cuenta de la fuga el sábado por la mañana en la plataforma marina Elly, y apuntó que no espera que se eleve el número de barriles que se han vertido, puesto que los 3.000 de los que se ha informado es la capacidad total del oleoducto, que ya ha sido cerrado.

 

“Estamos totalmente comprometidos a estar aquí hasta que este incidente haya llegado a su final. Estamos colaborando con el Servicio Guardacostas de California, con el Departamento de Peces y Fauna y con numerosas agencias estatales y comunidades locales”, dijo Willshare.

El impacto de un ancla es “una de varias posibilidades”, declaró Martyn Willsher, en una conferencia de prensa el lunes.

 

El director de la compañía que opera el ducto señaló que equipos de buzos han examinado más de 8.000 pies del ducto y se concentran en una zona de gran interés.

 

“Estamos investigando si pudo ser el ancla de un barco, pero en este momento eso se encuentra en la fase de evaluación”, dijo la teniente comandante de la Guardia Costera Jeannie Shaye.

 

Amplify Energy, con sede en Houston, ha sido citada en 72 ocasiones por violaciones a la seguridad y el medio ambiente lo suficientemente graves como para reducir o suspender las perforaciones a fin de solucionar el problema, según expedientes regulatorios.