Este lunes, los trabajadores inmigrantes que llevan 20 días en huelga de hambre en Nueva York llegaron hasta el Capitolio y continuaron su ruta hasta la casa del gobernador Andrew Cuomo y demandar que el nuevo presupuesto incluya un fondo de 3.500 millones de dólares para beneficiar a los excluidos del estímulo económico federal. 

"Haga palpitar su corazón por nosotros que estamos luchando contra la pandemia, por favor gobernador, hágalo. Tiene que aprobarse ese fondo para todos los excluidos que han hecho un sacrificio por este estado, por esta gran nación, que gracias a ella estamos aquí. Merecemos ese fondo para todos los huelguistas y la comunidad en general", dijo Eliana, huelguista y sobreviviente de la covid19, quien trabaja hace 38 años como vendedora ambulante.

El grupo de huelguistas se sentó frente a varias mesas con manteles de colores y platos vacíos,  el mensaje es claro: no hay comida en sus mesas porque están desempleados desde que comenzó la pandemia o han perdido gran parte de sus ingresos, y jamás recibieron ninguna ayuda económica por su estatus.

Los inmigrantes en huelga comenzaron una campaña con la esperanza de que la legislatura estatal apruebe en el presupuesto un fondo de 3,500 millones de dólares que se destinaría a los indocumentados y otros neoyorquinos que estaban presos cuando el Congreso aprobó su estímulo económico. El defensor del pueblo Jumaanie Williams y la asambleísta estatal Amanda Séptimo estuvieron con los inmigrantes, que también recibieron su comunión en forma de vino o jugo.

"Me duele que tengan que hacer una huelga de hambre para ser vistos como humanos", afirmó Williams en su mensaje al grupo, que pernocta en una iglesia episcopal en Manhattan. Por su parte,  Séptimo les señaló que hay algunos demócratas, que dominan ambos cuerpos, que están presionando contra este fondo.

Hace más de un año los trabajadores indocumentados han sido excluidos del seguro de desempleo y el estímulo por lo que se  han quedado sin ingresos. Los huelguistas han confirmado que continuarán en huelga hasta que se apruebe el presupuesto, lo que debió haber ocurrido para el 1 de abril.