El Cuban Memorial Park, en Miami, se convirtió el domingo en un hervidero de gritos y protestas de cientos de cubanos que reclamaban la continuación del Programa Parole de Reunificación Familiar que permite a los cubanos residentes legales en los Estados Unidos solicitar la admisión de sus familias en el país. 

El Programa Parole se vio paralizado en 2017, después de que más de la mitad del personal diplomático norteamericano en La Habana tuviese que abandonar la embajada fruto de una extraña dolencia, que incluía síntomas de lesiones cerebrales, como mareos, dolores de cabeza y falta de concentración, y que atacó también al personal canadiense, reportando un último caso este pasado mes de enero. 

“Queremos ante todo la seguridad del personal diplomático estadounidense, pero pedimos que se solucione la paralización del programa de reunificación de nuestras familias, ya sea en un tercer país o que las entrevistas se hagan vía Skype”, declaró Gretel Moreno, una de las coordinadoras de la protesta, a Miami Herald.

Y añadió: 

“Hemos enviado cartas al Departamento de Estado, a los senadores y congresistas: todo sin respuesta. Dos años después de la paralización de la mayor parte de los trámites en la embajada de Estados Unidos en La Habana los casos siguen sin procesar”.

Según reportó Nuevo Herald, al menos 20.000 familias quedaron atrapadas en un limbo migratorio cuando el programa fue paralizado, y no parece que tenga visos de desbloquearse, aunque los peticionarios de Parole hubieran efectuado los pagos solicitados por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de U.S. (USCIS), que planea anular dos programas similares para migrantes de origen haitianos y filipinos. 

Entre los manifestantes de la protesta de domingo, que fue convocada por grupos de apoyo en Facebook, estaba María del Carmen Nieto, cubana residente en Miami que solo aspira a volver a reunirse con su hijo:

“Mi niño ya fue a la entrevista. Sus dos padres estamos aquí. Trabajamos cada día para traer a nuestro hijo. Él estudiaba en la universidad, pero como ya había ido a entrevista en la Embajada de Estados Unidos se separa de la escuela. Desde entonces está en un limbo: no puede estudiar, no puede trabajar, está solo en Cuba”, dijo.

Su historia es muy similar a la de los otros cubanos que alzaban su voz portando camisetas y banderolas con las caras de sus hijos, hermanos y nietos para estupefacción de muchos residentes de Miami, quienes ignoran, se quejaban, la situación que están viviendo aún sus vecinos. 

“Hemos enviado cartas al Departamento de Estado, a los senadores y congresistas: todo sin respuesta. Dos años después de la paralización de la mayor parte de los trámites en la embajada de Estados Unidos en La Habana los casos siguen sin procesar”, Gretel Moreno, coordinadora de la protesta.

“Soy ciudadano americano y apoyo al presidente Trump”, dijo Erney Díaz, otro de los asistentes a la protesta. “Creo en la democracia, pero estoy muy descontento con el trabajo de los congresistas. Una y otra vez les hemos escrito cartas y enviado tuits, pero ni nos escuchan ni nos representan”.

Díaz aseguraba que en una reciente votación, los cubanoamericanos de la Comisión de Miami-Dade habían rechazado la resolución de apoyo a un proyecto de ley del Congreso que iba a restablecer el Programa de Reunificación Familia:

“¿Qué se puede decir de estos personajes que dicen representarnos y nos desprecian así? ¿Acaso ellos o sus padres no vinieron de Cuba? ¿Ya no recuerdan lo que es vivir en dictadura? En vez de ponerse del lado correcto ponen por delante sus intereses políticos a la familia”, concluyó. 

No obstante, el congresista Mario Díaz-Balart responsabilizó en Twitter al gobierno cubano de la situación que viven sus compatriotas:

“El régimen de #Cuba incumplió su obligación de proteger a los estadounidenses asignados en Cuba y ahora los inocentes cubanos sufren las consecuencias”.

Creado en el 2007, el Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar (CFRP) permite a los ciudadanos y residentes legales permanentes de los Estados Unidos solicitar parole para sus familiares en Cuba.  Una vez concedido, los familiares pueden  ingresar a territorio de los Estados Unidos sin tener que esperar a que sus casos de visa de inmigrante estén en fecha de procesamiento según las cuotas asignadas, y conseguir un permiso de trabajo en tanto esperan la ansiada residencia legal permanente.