La Procuraduría General de la República (FGR) emitió una orden de arresto contra Guillermo Álvarez, presidente del club de fútbol Cruz Azul, por pagar transacciones inexistentes a empresas fantasmas.

La investigación realizada por la FGR junto con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) encontró que las transacciones irregulares se llevan haciendo desde el 2011. 

Sin embargo, hablar del Cruz Azul FC es hablar de algo más grande que un equipo de primera división. 

No sólo por su grandeza y su vasta historia, sino porque el equipo es también parte de una corporación más grande. 

La corporación de Cruz Azul está a cargo de varias otras empresas, incluyendo una empresa cementera con el mismo nombre.

Lo que todas las empresas tienen en común, aparte de sus nombres, es el hombre encargado de dirigirlas, Guillermo "Billy" Álvarez.

Entre los cargos presentados en contra del empresario en los últimos días, el equipo de fútbol también se encuentra involucrado en varios de ellos. 

Según la investigación realizada por la UIF, la imagen del equipo fue utilizada para legalizar ciertas transacciones millonarias, como la compra de jugadores a precios más altos. 

Directivos del equipo como son Víctor Manuel Garcés, Miguel Eduardo Borrell y Mario Sánchez Álvarez son algunos de los nombres involucrados en las transacciones, incluyendo conexiones con organizaciones criminales. 

La pregunta que se hacen los aficionados es: ¿qué va a pasar con el equipo?

Las revelaciones llegan antes de empezar el torneo en lo que parecía ser, por fin, el año del Cruz Azul, después de más de 20 años sin conseguir el título.  

La Federación Mexicana de Futbol aclaró el asunto. 

Según un comunicado de la liga, el equipo será desafiliado de la Liga MX sólo si Álvarez continúa como presidente del equipo. 

Sin embargo, si el actual presidente decide retirarse y dejar el equipo, Cruz Azul no tendrá problemas de afiliación y podrá competir normalmente durante la próxima temporada.

Lo que dice la Primera División de México es que no les importa trabajar con un equipo vinculado a organizaciones criminales, siempre y cuando los nombres involucrados no aparezcan en ninguna transacción legal relacionada con el fútbol.

La solución, tal como se propuso años atrás cuando Álvarez enfrentó cargos similares, es disociar al club de la corporación y mantener a ambos como corporaciones individuales. 

El único problema es que Álvarez es un apasionado del fútbol, también es una persona que entiende la cantidad de dinero que el deporte genera. 

Por eso, aunque su salida parece la opción más viable para que el Cruz Azul pueda competir, es difícil pensar que deje el equipo tan fácilmente.