Covid por patatas: Una deuda histórica une a irlandeses y navajos en tiempos de pandemia
Miles de donantes irlandeses se han lanzado a ayudar a la Nación Navajo a superar la crisis del Covid-19. ¿La razón? “Iyyitowa”.
Los indios Choctaw tienen una palabra especial para referirse a ayudar a los demás desinteresadamente: “iyyikowa”.
Desde que tanto los Navajo como los Hopi iniciaron la campaña de GoFundMe para recaudar dinero en la lucha contra la Covid-19, que ya suma 2.976 casos de contagio y 96 muertes entre los Navajo según datos del pasado 7 de mayo, el “iyyikowa” se ha convertido en un lema que ha traspasado fronteras y ha llegado a la lejana Irlanda, donde miles de personas están participando en la medida de sus posibilidad para echar una mano a los que definen como sus “amigos especiales”.
Apellidos como Gibbons, Boyle o McDonald encabezan la lista de donantes de la campaña que ya había recaudado el pasado viernes 3,15 de los 5 millones de dólares que eran el objetivo.
Pero, ¿cuál es la extraña afinidad que une a dos pueblos culturalmente tan diferentes y que se encuentran a más de 4.000 millas de distancia? El origen de su alianza histórica es tan profundo como la raíz de la patata.
A mediados del siglo XIX, Irlanda vivía uno de los momentos más crudos de su historia, conocido como la Gran Hambruna. Las plagas y las malas cosechas de patatas provocaron la muerte de un millón de personas y la huida desesperada de al menos 25% de sus ciudadanos que se alimentaban y vivían de este tubérculo en su mayoría. El país era en aquel momento colonia del Imperio Británico, que los dejó a su suerte, famélicos, mendigando en hordas desesperadas por todo el país y suplicando la ayuda de los terratenientes en una tragedia histórica que daría alas a los movimientos nacionalistas irlandeses.
Al otro lado del Atlántico, el pueblo Choctaw, que padecía también su particular pesadilla colonialista bajo el dominio colonial británico, escuchó la historia, cuentan, de boca de un soldado irlandés.
Los Navajo habían sido expulsados de sus ancestrales tierras en Alabama, Florida y Mississippi por el presidente Andrew Jackson y peregrinado a su vez en una mortal travesía de 500 millas hacia a Oklahoma en lo que hoy se conoce como Sendero de las Lágrimas.
De los 21.000 nativos que iniciaron este viaje de destierro, más de la mitad pereció de hambre y cansancio.
“Compartir nuestras culturas hace que el mundo sea más pequeño”, tribu Choctaw.
Así que cuando los Choctaw supieron lo que les ocurría a los irlandeses, cuando descubrieron que, al igual que ellos, habían vivido el horror y el genocidio, y sido obligados también por los ingleses a borrar su lengua y su cultura, sintieron una brutal empatía hacia ese pueblo hermanado en el dolor y la muerte. Decidieron que debían ayudarlas y les enviaron el equivalente a 5.000 dólares de hoy para comprar alimento, pienso para el ganado y mantas.
“Hay una simbiosis de lo que significa ser un pueblo colonizado y haber vivido un trauma cultural”, dijo a Time el profesor de la Universidad de Goldsmith Padraig Kirwan, autor del libro Famine Pots: The Choctaw Irish Gift Exchange 1847-present.
Para Kirwan, este “regalo” que hicieron los Choctaw a los irlandeses fue una manera de transmitirles que entendían a la perfección lo que habían “perdido”.
Casi dos siglos más tarde, Irlanda, que está en mejor posición para plantar cara a la pandemia del Covid-19, ha decidido pagar su deuda histórica en un acto de ”iyyikowa”.
“Esperamos que los irlandeses, navajos y hopis desarrollen amistades duraderas, como nosotros”, dijo la tribu Choctaw en un comunicado. “Compartir nuestras culturas hace que el mundo sea más pequeño”.
La Nación Navajo tiene la mayor tasa de contagios por persona después de Nueva York y Nueva Jersey, y su territorio se extiende 27.000 millas cuadradas a través de Arizona, Nuevo México y Utah, rodeando la reserva Hopi.
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