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Imagen de la marcha de la Moratoria Chicana contra la guerra de Vietnam en Los Ángeles. Photo: LA Times
Imagen de la marcha de la Moratoria Chicana contra la guerra de Vietnam en Los Ángeles. Photo: LA Times

La ruta de la Moratoria Chicana entra en el Registro Nacional de Lugares Históricos

La multitudinaria protesta de 1970 contra la Guerra Vietnam que terminó en una batalla violenta es conmemorada cada año. Y a partir de ahora las calles harán…

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“¡Detengan el genocidio chicano!”. Este y otros lemas figuraban en las pancartas que llevaban unas 30.000 personas congregadas en el Parque Belvedere del Este de Los Ángeles aquel mítico 29 de agosto de 1970 en que Aztlán se hizo oír. 

Organizada por activistas universitarios como Rosario Muñoz y Ramsés Noriega, cofundador del influyente periódico La Raza, y con la participación de la facción del movimiento feminista chicano las Brown Berets, los manifestantes protestaban por la gran cantidad de jóvenes mexicoamericanos enviados por Nixon a la guerra, después de ser reclutados en virtud de la pobreza y la falta de oportunidades, que volvían a sus casas en féretros. 

Sin embargo, nadie pudo imaginar que una protesta antibélica fuese acabar a las horas en una batalla campal, cuando los ayudantes del sheriff empezaron a cargar contra la multitud, provocando un gran número de heridos y la muerte de tres personas, entre ellos el periodista Rubén Salazar, que en aquel momento en el Silver Dollar Café y fue asesinado por un proyectil de gas lacrimógeno disparado por la policía -Hoy el Parque Laguna, donde terminó la marcha y concluyen las conmemoraciones anuales, recibe el nombre de Parque Ruben Salazar en su honor.

Las calles son los testigos silenciosos de la historia. El asfalto guarda la memoria de los hechos que sucedieron y que vagamente recuerdan algunos jóvenes chicanos que transitan por Los Ángeles sin reparar que hubo otros que pelearon por ellos y que a su vez, en tanto que herederos, deben recoger el testigo de esta lucha. 

Para hacer hablar a las calles, el Registro Nacional de Lugares Históricos incluyó el pasado mes la ruta de la Moratoria Chicana como parte de este legado que debe ser marcado y recordado vivamente, sobre todo ahora que las manifestaciones por la justicia racial en todo el país están poniendo de relieve que que lo que no se recuerda siempre tiende a repetirse. 

Con este reconocimiento oficial de la ruta de la protesta, que atravesaba desde el Parque Belvedere y hacia el sur de la Avenida Arizona, y luego hacia el oeste por el Bulevar Whittier, se incluyen además otros sitios clave vinculados a la marcha, como la Clínica Gratuita El Barrio -actualmente, Mission Furniture Mfg.- y que fue lanzada por las Brown Berets a finales de los 60’ y el lugar donde se ubicaba el Silver Dollar Café, que hoy es una tienda de discos. 

Asimismo, y dado que la historia está hecha de capas y de impulsos anteriores, en la lista también figura la ruta de la moratoria anterior contra Vietnam de 1969, que se inició en el Five Points Memorial de Boyle Heights (en una de las esquinas del cementerio Evergreen) y que avanzó por la avenida Michigan hasta el parque Obregón. 

El motivo de que debamos recordar estos hechos y visibilizarlos, lo explicaba el profesor y director del Chicano Studies Research Center de UCLA, Chon Noriega, preguntado por AL DIA en el 50 aniversario de la marcha histórica: 

“La Moratoria Chicana, como las Marchas del Este de Los Ángeles para una mejor educación en 1968, fueron recibidas con excesiva violencia policial. Pero con la Moratoria Chicana, la policía también disparó y mató al periodista chicano más prominente de la época, silenciando efectivamente una voz crucial para la justicia social que llegó a la corriente principal. Ni los tribunales, ni el Los Angeles Times (donde Salazar había trabajado), desafiaron el uso de la violencia mortal contra un periodista. Si observamos la situación actual con Black Lives Matter, está claro que poco ha cambiado para los nativos americanos, los afroamericanos y los latinos. Estos grupos siguen siendo asesinados por la policía en tasas mucho más altas que para los blancos. Y como las actuales protestas han continuado en ciudades de todo el país, la policía también ha empezado a atacar a los periodistas”.

Caminar mirando hacia atrás es a su vez abrir caminos.