Jeanine Áñez sigue el ejemplo de Evo Morales y busca continuar en el poder
Jeanine Áñez, la presidenta interina de Bolivia anunció su candidatura a las elecciones presidenciales, luego de haber insistido en que no lo haría y Evo…
Luego de que el pasado diciembre el expresidente boliviano Evo Morales llegara a Argentina en busca de refugio político, desde Buenos Aires se ha dedicado a trabajar en las siguientes elecciones.
En una entrevista con CNN a inicios de enero, Morales afirmó que no se lanzaría a la presidencia, aunque estuviera constitucionalmente facultado, pero que su estatus de refugiado político no le impedía opinar sobre las circunstancias de su país. Tanto así no se lo impiden que el 4 de febrero anunció que se lanzaría al Senado de Bolivia por su partido Movimiento al Socialismo, MAS.
Los partidarios de Morales celebraron la noticia como una forma de resistencia ante la posesión de la actual presidente interina, Jeanine Áñez, en lo que por la izquierda ha sido calificado como un golpe de Estado.
En contraste, la oposición lo critica fuertemente, pues ve su esfuerzo por llegar al legislativo como evidencia de su obsesión con el poder y como un esfuerzo por lograr la inmunidad parlamentaria, con el fin de evitar ser juzgado. Algunos críticos han visto una equivalencia entre esto y la posesión de Jimmy Morales en el Parlacen: el aprovechamiento de un órgano legislativo para la evasión de la justicia.
En adición, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, manifestó los siguientes inconvenientes burocráticos a la postulación de Morales como senador por Cochabamba: no haber entregado certificado de nacimiento original, no contar con celular de contacto ni tener certificado original y actualizado de antecedentes penales. Si se tiene en cuenta que desde su llegada a Argentina el gobierno de Áñez lo había solicitado en extradición, salta la pregunta de cómo va a conseguir tal certificado.
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Luis Arce, el candidato que el MAS presentó para las presidenciales tiene las mismas objeciones. Tanto a Morales como a Arce la oposición ha señalado otro inconveniente adicional: residir en el extranjero desde noviembre del año pasado, pues la constitución boliviana establece que los candidatos lleven llevar, por lo menos, dos años de residencia continua en Bolivia.
Jeanine Áñez, contrario a lo que sostuvo durante los meses pasados, pues había dicho que su trabajo iba a consistir solamente en “ordenar la casa” para las siguientes elecciones, anunció su candidatura a la presidencia el pasado 24 de enero.
Esto, al igual que en el caso de Morales, sirvió de evidencia para sus opositores y ganó detractores nuevos. Las observaciones en su contra han llegado a ser tan fuertes como decir que en Bolivia “cayó el dictador, pero no la dictadura”.
Áñez y su partido, el Movimiento Demócrata Social (MDS), tomaron la decisión de candidatizarla ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con otros sectores de la derecha suficientemente sólido como para derrotar al MAS en los comicios. La atomización de la derecha debilita a los otros contrincantes de Áñez, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y Samuel Doria Medina, pero esto no significa que sus oportunidades de ganar tengan un margen amplio.
Mientras en Bolivia los detractores de Áñez pasan el trago amargo de la frustración y los partidarios de Evo Morales hacen trámites de papeleo, el expresidente viajó de Argentina a Cuba a realizarse un tratamiento médico, según un comunicado divulgado por su entorno y reportado por Página 12.
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