En medio de una de las peores crisis humanitarias en la región, miles de venezolanos han tomado las calles respondiendo a la convocatoria de la oposición al régimen de Nicolás Maduro este 23 de enero.

Ante el grave declive del estado constitucional en el país, una nueva oposición se ha organizado desde el 2017 para mantener la autoridad de la Asamblea Nacional, especialmente después de que el presidente Maduro fuera juramentado para un nuevo período el pasado 10 de enero sin reconocimiento internacional.

Gobiernos como el de Estados Unidos y varios en Latinoamérica han tildado a Maduro de “dictador ilegítimo” y han llamado al establecimiento de un “gobierno de transición”, según reportó el New York Times.

Gracias a este apoyo, la mayoría de la Asamblea Nacional venezolana, liderada por su nuevo presidente Juan Guaidó, ha decidido conmemorar los 61 años del golpe de estado que puso fin a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez en el país, haciendo un nuevo llamado a la “libertad”.

Guaidó y dirigentes políticos como María Corina Machado han insistido en que “el momento es ahora” y han extendido su llamado a las Fuerzas Armadas para que apoyen las manifestaciones en la calle durante la jornada. Su convocatoria fue que respondida con conatos de sublevación y comunicados individuales por parte de militares y guardias nacionales.

Si bien la oposición venezolana ha luchado por mantenerse vigente, en especial tras la creación de organismos independientes por parte del gobierno, esta primera manifestación del 2019 cuenta con el respaldo y las declaraciones de gobiernos y organizaciones internacionales que exigen la dimisión de Nicolás Maduro.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por ejemplo, emitió un comunicado este miércoles recordándole al ejecutivo venezolano que los derechos a la protesta y a la libertad de expresión son “pilares fundamentales en sociedades democráticas”, ante el miedo de que las represalias de las fuerzas policiales vuelvan a dejar un saldo de muertos como ha sucedido en ocasiones previas.

Asimismo, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, otorgó su apoyo a Guaidó para ejercer como dirigente interino del país y asegurar un proceso de transición.

En Estados Unidos, el senador republicano Marco Rubio pidió también al presidente Donald Trump reconocer a Guaidó como presidente legítimo, después de reunirse con el mandatario estadounidense en la Casa Blanca.

Horas antes, el vicepresidente Mike Pence publicó un vídeo en el que califica de “dictador” a Maduro, y reiteró el apoyo del gobierno estadounidense a la oposición.

“Mientras hacen que sus voces se hagan oír, en nombre del pueblo estadounidense le decimos a la buena gente de Venezuela: estamos con ustedes”, aseguró.

Sin embargo, la jornada en Venezuela ha iniciado con creciente tensión, después de que varios manifestantes incendiaran una estatua del difunto presidente Hugo Chávez en el estado Bolívar la noche previa.

Según reportaron medios nacionales, a tempranas horas del día ya se reportaban varios heridos y al menos un manifestante fallecido. Asimismo, alrededor de 43 personas habían sido detenidas en varias protestas a principios de semana, y el gobierno ha desplegado operativos de seguridad en toda la capital así como la organización de contra-protestas con grupos que aún apoyan su gobierno.

La esperanza de los manifestantes y de la oposición es que, ante la presión social en la calle, las Fuerzas Armadas decidan apoyar al pueblo y unirse a la solicitud de dimisión.