El lunes fue un día terriblemente triste para mí, mis colegas, para la libertad de prensa y especialmente para la ciudad de Nueva York.

“Si odias la democracia y crees que los gobiernos locales deben operar sin control y en la oscuridad, entonces hoy es un buen día para ti”, tuiteó Jim Rich, el editor en jefe del Daily News que fue despedido junto con el 50% de su personal. Y luego se despidió con esta nota triste, pero desafortunadamente precisa: “Solo un hombre sentado en casa viendo cómo se estrangula el periodismo hasta su extinción".

Sí, es una verdadera tragedia que Tronc, la antigua Tribune Company, que había comprado The News, una institución neoyorquina con 99 años de existencia por $ 1 en septiembre, haya acabado de desangrar al orgulloso periódico al despedir la mitad de su equipo editorial el lunes pasado --para reducir costos.

Para mí, es personal. Es una tragedia que me conmueve profundamente porque trabajé en el Daily News durante 21 años productivos, creativos y, sí, divertidos.

“Te diré lo que hay en el Daily News”, escribió el columnista del New York Times David González en Facebook. “El NY Daily News fue el periódico con el que crecí. Era un tabloide sólido, de clase trabajadora, con actitud y fotografía deslumbrante. He tenido amigos y competidores allí: Patrice O'Shaughnessy, Albor Ruiz, Linda Rozier, Ralph Ortega, Eddie Borges, Jim Dwyer, Rubén Rosario, Carolina González y Juan González, entre ellos.

“La muerte de mil recortes a los que ha sido sometido -incluido el uso de sosas fotos de agencia y el cierre de sus burós en los diferentes condados- perjudica gravemente no solo a sus muchos periodistas talentosos, sino también a los residentes de la ciudad de Nueva York.”

La decisión de Tronc no solo afecta las vidas de algunas de las personas más dedicadas y profesionales en el negocio, sino que también es un ataque al periodismo de vigilancia local en la ciudad más grande del país y su capital de la información. Con la drástica reducción de sus secciones locales por parte de The New York Times y The Wall Street Journal -que junto con el New York Post de Rupert Murdoch son los otros diarios de Nueva York-, el Daily News desempeñó un papel invaluable con su cobertura aguda y valiente de la ciudad.

Como informó National Public Radio, el año pasado “el Daily News ganó un Pulitzer Prize, su número 11, con ProPublica, por su exposición de cómo el Departamento de Policía de Nueva York utilizó una oscura ley civil para desalojar a cientos de personas pobres de sus hogares sin que pudieran hacer nada en su defensa. El diario también ha criticado la presidencia de Donald Trump, describiendo al desarrollador inmobiliario de Nueva York como una figura malévola, autocrática y caricaturesca, conocida desde hace mucho tiempo por los lectores de las páginas de chismes”.

En lugar de Rich, Tronc nombró a Robert York, quien no es de Nueva York y que fungía como director y editor de otro periódico mucho más pequeño, el Morning Call de Allentown (Pensilvania).

 Por eso un lector del Daily News tiene estas preguntas para York y para Tronc: “Preguntas que los nuevos compiladores de Internet para NYDN no podrán responder. Dónde están los puentes de la calle 59 y Triboro. Cómo pronunciar Houston St. Por qué nadie es fanático de los Mets Y los Yankees y por qué todos en la ciudad de Nueva York sabían que Trump era un estafador (incluido Rudy Giuliani)”.

Nadie puede responder a estas preguntas como el Daily News que, una vez más, ha sido sentenciado a una lenta agonía a manos de la avaricia más descarnada, porque nadie conoce la ciudad de Nueva York o la quiere y se preocupa por ella y sus gentes increíblemente diversas, como los amigos y colegas que fueron despedidos en una triste reunión que se dice duró cinco minutos.

Tantas historias, tantos amigos, tanto talento, tanto amor por la profesión. Eso es lo que el Daily News significa para mí. Y es por eso por lo que acabar con la histórica institución de Nueva York es un golpe tan terrible para la prensa libre en un momento en que esta se necesita más que nunca.