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Quiero creer

Thomas L. Friedman, triple ganador del Premio Pulitzer, vaticina que en el curso del siglo XXI la siguiente potencia económica global no será la India ni China…

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Thomas L. Friedman, triple ganador del Premio Pulitzer, vaticina que en el curso del siglo XXI la siguiente potencia económica global no será la India ni China, sino México. La violencia, la impunidad y la corrupción son sólo parte de la historia, pues la otra cara habla de una nación que ya no desea ser vista como cuna del narco, sino como una potencia tecnológica. 

Friedman, periodista, del diario The New York Times y experto en globalización, publicó en su columna: 'Cómo México volvió a estar en el juego' después de participar en la XXVIII Reunión Anual de Consejeros del Sistema Tecnológico de Monterrey. Lo que vio en el Tecnológico y en otras partes de la ciudad lo llevó a comentar que algo parece haber cambiado en México: como si los mexicanos hubieran decidido que quizás tengan que vivir en medio de la violencia asociada a las drogas, pero que eso ya no los va a definir. 

 "Hoy día", escribió Friedman, "México está recuperando de Asia participación en el mercado de manufacturas, y está atrayendo más inversión global que nunca en automóviles, partes aeroespaciales y electrodomésticos." Cita al Financial Times y su declaración de que México exporta más productos manufacturados que todo el resto de América Latina. Se sorprende por la cantidad de nuevas empresas tecnológicas que están surgiendo entre los jóvenes mexicanos. 

Otra fuente de su artículo es Bernardo Bichara, Presidente del Centro de Integración Ciudadana (tehuan.cic.mx) quien apunta que la web ha democratizado primero el comercio, luego el periodismo y ahora lo está haciendo con la democracia. Recomienda Friedman: "Si el secretario de Estado John Kerry está en busca de una nueva agenda, podría querer enfocarla en forjar una integración más estrecha con México en vez de chocar la cabeza contra las rocas de Israel, Palestina, Afganistán o Siria". Y como ejemplo, dice que no tiene nada de inteligente comerciar cada día mil 500 millones de dólares con México…y gastar en Afganistán, diariamente, mil millones de dólares.

México es más que pura violencia. Si las capacidades de manufactura e innovación mexicanas se integran mejor al ecosistema industrial estadounidense, vaticina Friedman (autor de 'The World Is Flat'), todos saldrían ganando: las empresas en Estados Unidos serían más rentables y competitivas, los mexicanos tendrían más razones para quedarse en México. Y hasta la violencia se reduciría.

¿Cómo hacer este vaticinio realidad?  Los sociólogos sugieren utilizar 'El Pensamiento Lateral'. Cuentan que en un pequeño pueblo un granjero no podía pagar una deuda a un viejo feo y antipático. El granjero tenía una hija muy linda que despertaba las ansias del prestamista y éste le propuso perdonar su deuda si le daba su hija en matrimonio. ¡Granjero e hija quedaron horrorizados! El prestamista modificó la propuesta: sugirió que fuera el azar  el que determinara el asunto. Colocarían una piedra blanca y otra negra dentro de una bolsa vacía; si la chica sacaba la piedra negra, se casaría con él y la deuda de su padre sería saldada, si sacaba la blanca, no tendría que casarse con  él, pero aún así la deuda quedaría liquidada. Si la niña no aceptaba el juego, el padre sería inmediatamente enviado a la cárcel. El prestamista se agachó a recoger las dos piedras (las dos negras) y las puso rápidamente en la bolsa. La niña no dijo nada. El viejo le pidió que tomara una. ¿Qué hacer? ¿Negarse? ¿Demostrar que el prestamista hizo trampa? ¿Casarse con el viejo para evitar a su padre la prisión?

Aquí reside la diferencia entre el pensamiento lógico directo y el pensamiento llamado "lateral". Las tres opciones eran nefastas, entonces, ¿qué hizo? Sacó cualquiera de las piedras e inmediatamente la dejó caer al suelo sin que nadie hubiera tenido tiempo de verla, y se disculpó asustada. La piedra se confundió con las piedras negras y blancas del camino. ¡Ay, qué torpe soy!, exclamó la niña, ¿cómo puede pasarme algo así? No importa, dijo, todo tiene solución: se puede saber cuál es la piedra que saqué primero tomando la que queda en la bolsa; si es negra, saqué anteriormente la blanca, y si es blanca, entonces era la negra. ¿No es así? Sacó la negra y el viejo no se atrevió a confesar su trampa. La chica, con el pensamiento lateral transformó una situación imposible en un desenlace ventajoso. 

Existe una solución para la mayor parte de los problemas complejos, sólo que no sabemos verlos en perspectiva. El cerebro puede ser llenado con pensamientos positivos y con decisiones sabias. Dicen los sociólogos que el pensamiento lateral es capaz de encontrar el ángulo adecuado.

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