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Primero la salud
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Primero la salud | OP-ED

El panorama de América Latina a propósito del gasto público en salud a raíz de la pandemia. ¿Qué falta por hacer?

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Con optimismo vemos que el mundo ha avanzado en la disminución de muertes prematuras y enfermedades transmisibles aumentando la esperanza de vida, según el informe de Estadísticas sanitarias mundiales 2020: monitoreando la salud para los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Con un poco de reserva encontramos cómo también han crecido factores de riesgo como la obesidad, las condiciones desfavorables por la contaminación del medio ambiente, el descuido de la salud mental, el aumento de la violencia, desastres por amenazas naturales, entre otros. Hace falta una labor de fondo para mitigarlos porque inciden directamente en la calidad de vida de hombres y mujeres.

Es asombroso que, según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) y la Universidad de Antioquia en Colombia, mientras Uruguay, Costa Rica, Colombia y Argentina evitaron que sus ciudadanos incurrieran en gastos catastróficos en salud durante la pandemia, México, Perú, Ecuador y Brasil registraron personas que llegaron a vender sus propiedades para poder cubrir dichos gastos. 

Como lo dice en uno de sus apartes el estudio realizado desde Colombia y publicado en febrero, se examina “cómo, en los países de América Latina, se ha afrontado la problemática de la pandemia en términos de gastos, especialmente con relación al gasto gubernamental o público y al gasto de bolsillo”.

En este sentido, la OMS señala que en América Latina mientras el 12% de la población gasta 10% de su presupuesto familiar en servicios de salud, para algunas familias buscar dicha atención ha significado caer en la pobreza extrema. 

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Entre las conclusiones de la ANDI y de la Universidad de Antioquia se destaca que el gasto público en la región se concentró mayoritariamente en la adecuación del sector hospitalaria, en atender a los pacientes afectados por Covid-19 y en poner en marcha la vacunación.  

Por eso, no sorprende que el Banco Mundial indique que los países de ingresos altos tienen 15 veces más médicos que los países de ingresos bajos, donde existen deficiencias en los profesionales de carreras afines en cuanto a la pertinencia de sus competencias.

Logramos concluir que el camino a la gestión apropiada de la salud requiere no solo de adecuada tecnología, de un ecosistema adaptado a las necesidades, de sistemas de información robustos, sino también de talento formado en áreas como administración, marketing, estadística, finanzas, ingeniería, comunicaciones con especialización en el sector salud; profesionales capaces de innovar para la sostenibilidad y la equidad del sistema.

Otro de los factores que deberá resolverse -también referidos en el estudio de la ANDI- tiene que ver con recuperar el impulso en programas como la vacunación a niños y la atención a los pacientes crónicos, que quedaron relegados por la pandemia, sin contar más servicios y procedimientos clave para la salud de la población.

(*) Doctora en Pedagogía. Rectora de la Escuela Colombiana de Rehabilitación (ECR). goe.rojas@ecr.edu.co

 

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