[OP-ED]: Sus adolescentes podrían estar más expuestos a contenido relativo al alcohol de lo que usted cree
Madres y padres: ¿Saben qué está haciendo su hijo adolescente en Internet en este momento?
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Madres y padres: ¿Saben qué está haciendo su hijo adolescente en Internet en este momento?
No es fácil saberlo cuando los jóvenes están siempre usando sus teléfonos o enchufados en la plataforma de medios sociales más novedosa, pero podrían estar expuestos a propaganda sobre alcohol.
Según un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública Bloomberg, de la Universidad Johns Hopkins, que encuestó a adultos mayores de 21 años y a individuos más jóvenes, casi uno de cada tres jóvenes dijo que vio en línea contenido relativo al alcohol el mes anterior. Y, lo que es espeluznante, los niños de 13 años tenían el doble de probabilidades, comparados con los adultos, de recordar haber visto marketing de alcohol en Internet.
No significa que los jóvenes no estén expuestos también cuando no están en línea—los investigadores hallaron que los niños tenían más probabilidades que los adultos (69 por ciento vs. 62 por ciento) de recordar estar expuestos a anuncios de alcohol en televisión, radio (25 por ciento de los niños vs. 17 por ciento de los adultos) y en carteles (55 por ciento de los jóvenes vs. 35 por ciento de los adultos.)
Pero cuando se trata de contenido relativo al alcohol en línea, la disparidad en la experiencia de los niños y los adultos es más pronunciada.
De los menores de 20 años, el 30 por ciento recuerda haber visto imágenes o temas de alcohol, comparado con el 17 por ciento de los adultos. Y tenían más probabilidades (36 por ciento vs. 21 por ciento) de recordar haber visto avisos y fotos de celebridades consumiendo alcohol.
Los jóvenes también tenían más probabilidades que los adultos (28 por ciento vs. 16 por ciento) de recordar las fotos de celebridades que usan ropa u algún otro artículo con el logo de una marca de alcohol, y de responder activamente (es decir, indicar gusta, comparte o post) a contenido relativo al alcohol en línea.
Esas tasas de interacción con avisos, imágenes y mensajes relativos al alcohol son especialmente preocupantes en el contexto de la intersección de la bebida y el tiempo que pasan los jóvenes frente a una pantalla. Según algunos cálculos, los adolescentes de 13 a 18 años pasan casi nueve horas al día—sin incluir el tiempo en línea para la escuela y los deberes—en Internet para su entretenimiento, en medios como YouTube para ver videos o historias de Snapchat, escuchando música o jugando juegos.
Es más tiempo del que la mayoría de los adultos pasa durmiendo.
Y peor aún, un análisis de 12 estudios internacionales a largo plazo, publicado desde 2008, estableció una conexión entre estar expuesto al marketing de alcohol y la práctica de la bebida entre los jóvenes. El análisis, también realizado por la escuela Bloomberg de Johns Hopkins, halló que estar expuesto a avisos relacionados con el alcohol estaba más asociado con una progresión a las borracheras y a beber en forma peligrosa que con la iniciación en el uso del alcohol.
Según el Dr. David H. Jernigan, principal autor del estudio sobre el recuerdo de los avisos, las empresas de alcohol apuntan a los jóvenes en redes de medios sociales menos conocidas (y, por lo tanto, menos reguladas), que los padres en general no conocen o comprenden menos; aunque también las plataformas más conocidas, como Facebook, que ofrece salvaguardas, son riesgosas.
“Aunque las páginas de Facebook para las marcas de alcohol son inaccesibles para individuos cuyos perfiles indican que son menores de 21 años, sabemos que es más probable que los jóvenes, comparados con los adultos, mientan sobre su edad cuando abren sus cuentas,” me dijo Jernigan. “Y estos chicos obtienen mucho acceso a contenido [como memes, imágenes de marca o no-marca y videos fuera del sitio] que es compartido por adultos y sus pares en las redes.”
En verdad, poco se puede hacer sobre lo que ven los jóvenes cuando están en Internet, sin la red de seguridad que brinda el software de restricción paterna o la programación de las cadenas. Y, dijo Jernigan, la industria del alcohol es diferente a la del tabaco, que por lo menos tiene directrices voluntarias para impedir que las actividades de marketing lleguen o atraigan a los jóvenes (aunque de todas formas, no tienen mucho éxito).
Sin duda, los padres pueden (y deben) contactar a sus legisladores locales para presionar a las empresas de alcohol a fin de que se mantengan lejos de los jóvenes. Pero, en este momento, la mejor línea de defensa quizás sea el diálogo en casa.
“Los padres no hablan a sus hijos de la bebida tanto como podrían hacerlo—muchas veces no saben qué decir,” dijo Jernigan. “Pero muchas conversaciones pueden centrarse en indicar que las imágenes y los anuncios no muestran toda la historia y hablemos de lo que no muestran.”
Para una guía sobre cómo iniciar esas conversaciones, visiten el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (http://ow.ly/rbCu309w7yv), y zambúllanse lo antes posible.
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