Esta “Colombiana”, en el buen sentido de la palabra, está teniendo más influencia sobre la cultura mainstream norteamericana que el mismísimo Julián Castro, quién hasta hace unos días todavía optaba a ser el segundo de a bordo de Hillary Clinton.

Todos aquellos que se echan las manos a la cabeza horrorizados ante el inminente apocalipsis que podría provocar una supuesta “invasión” desde el lado sur de la frontera – una invasión producto de su fantasía, obviamente – es que los árboles no les dejan ver el bosque:

La cultura Latina a los EEUU se expande a una gran velocidad y va encaminada a convertirse en mainstream, llegue desde los extremos de la sociedad, o desde el corazón mismo de la sociedad norteamericana, donde ha estado atrincherada durante décadas.

De forma muy directa, los sonidos y aromas de la rica cultura Latina se están mezclando de forma natural con los de la mayoría, conviviendo codo con codo con el resto de grupos étnicos que residen en la nación, utilizando de forma simultánea múltiples plataformas sociales y canales tecnológicos que, comprensiblemente, pueden conseguir irritar a algunas personas.

Pero no hay razón alguna para estar ansiosos.

Al contrario, todo esto puede ser una gran noticia: Mientras los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos consiguen confundir con su cuidada retórica, pensada para fomentar el miedo y ganar votos – de manera frecuente, demonizando la cultura Latina y la inmigración hispana que se revitaliza en nuestros barrios –se está dando una polinización cultural multinacional, que puede impactar positivamente el comercio internacional y, eventualmente, la política nacional e internacional, después de que el espasmo de muerte de esta campaña presidencial termine de una vez.

Esta “invasión” inventada, que puede dejar confundida a bastante gente desinformada, no es necesariamente la que llega cruzando a pie la frontera – por muy trágico que sea, sobre todo por la crisis humanitaria que genera – sino que hablamos de la que llega desde el mainstream y que influye sutilmente sobre la cultura de masas en ciudades como Nueva York, Los Angeles, Houston, Chicago o Filadelfia.

Mirad a Shakira, “La Colombiana”, esta excepcional mujer con el don de conquistar, de superarse, de invadir, y, si se me permite, de tomar el control, literalmente, sea con la poesía que emerge de pluma, o con el encanto de su personalidad.

Su último videoclip, “La Bicicleta” es el primero que he visto desde el principio hasta el final, y muchas veces seguidas, de esta conocida cantante y compositora, compatriota mía. Aunque Shakira creció en la costa caribeña de Colombia, y yo nací en las montañas, en el interior, donde tendemos a ser un poco diferentes que el resto del país.

Después de 30 años viviendo como expatriados en los Estados Unidos, los dos hemos evolucionado como personas, convirtiéndonos, entre otras cosas, en ciudadanos de Estados Unidos, una nación generosa que ha dado cobijo a la creatividad, a nuestro espíritu emprendedor, a nuestras aspiraciones de bendecir a otras personas de este país con los abundantes dones de nuestra rica, robusta y habitualmente malentendida cultura Latina.

Querido Donald Trump: mira esto ( link a Youtube video “La Bicicleta”, con más de 28 millones de visualizaciones en menos de diez días). Míralo dos veces, si puedes, y cálmate.

Querida Hillary Clinton: No dude más: atrévete a enlistar a tu gente ...

Plenamente alcanzados por ti, querida mamá o abuela Hillary, ellos aplastarán a la oposición y te colocaran en la Casa Blanca en muy poco tiempo — como si fuera magia pura de Shakira.