[OP-ED]: Plumas afiladas en el taller de escritura de AL DÍA
MÁS EN ESTA SECCIÓN
Desde hace ya más de dos décadas, AL DIA ha dado apoyo a decenas de jóvenes periodistas para que puedan escribir sus propias historias. Nuestra Fundación está ahora a punto de llevar este experimento a otro nivel.
Todavía recuerdo el primer Taller de Escritura y Reporterismo que organicé en el sótano de una iglesia de Nedro Street, en el norte de Filadelfia. Usamos unos MAC Plus de segunda mano, que conseguimos a precio de ganga en la otra punta del país, en California.
De eso hace ya más de 20 años, cuando AL DÍA era todavía un proyecto llevado por una sola persona desde su casa, y a su fundador le asaltaban a diario las dudas sobre si estaba o no siguiendo la línea de negocio correcta.
Resultó ser que no lo estaba, pero tardamos diez años más en darnos cuenta.
El Taller de Escritura y Reporterismo, esponsorizado por el PNC, fue una realidad gracias a Donald L. Haskin, antiguo periodista del Philadelphia Inquirer y responsable de Comunicación de dicha institución financiera, y más tarde gracias a Charles Fancher, la persona encargada de las Relaciones Públicas en el Inky. Corrían los años 90 – que tan atrás han quedado-, cuando The Inquirer era el negocio fuerte de Broad Street, mientras AL DIA luchaba por sobrevivir en un barrio Latino del norte de Filadelfia.
Mantenidas las cuotas, las oficinas de The Inquirer están situadas hoy en Market Steet, igual que las nuestras, aunque AL DIA está en el lado Este del City Hall, en el distrito financiero, y el Inky está en el lado Oeste, en el centro histórico de Filadelfia.
Estos viejos recuerdos, enterrados bajo intensos años de edición - más de veinte - , han aflorado a mi memoria al ver las fotografías de los jóvenes y prometedores periodistas que se unirán a nuestro proyecto de aprendizaje multicultural, multilingüe y multimedia en AL DIA.
Cuando el periódico empezaba a gatear por North Philly, ellos también se tropezaban, como los bebés que eran.
En la actualidad, estos chicos, veinteañeros todos, tienen el potencial de convertirse en los nuevos escritores que la ciudad necesita para poder documentar los próximos episodios de su apasionante historia.
Parece mentira pero, sin ser demasiado conscientes, AL DIA ha estado formando a jóvenes sin parar durante las últimas dos décadas, consiguiendo que muchos de ellos, después de que se graduaran, encontrasen buenos trabajos por todo el país, desde Filadelfia hasta California.
Un ejemplo es Adriana Arvizo, una estudiante que llegó de EL Paso, Texas, y hoy trabaja para COMCAST en California, la corporación más importante de nuestra Filadelfia natal.
20 años después, AL DIA ya no acepta a más graduados de High School en su programa de aprendizaje, tal y como hacía al principio, sino que ahora se dirige a las nuevas generaciones de graduados de las Escuelas de Periodismo: jóvenes con sus prestigiosos diplomas y demás, pero con poca o sin experiencia suficiente para encontrar trabajo en ninguna parte.
Sin embargo, pueden optar por participar en el taller de aprendizaje de AL DIA ( AL DIA minor league shop), donde tienen la oportunidad no solo de afilar gradualmente sus plumas, sino de hacer acopio de las fuerzas y confianza necesarias para convertirse en los profesionales que nuestra profesión necesita urgentemente.
En medio del proceso de reinvención masiva que sufre la industria de los medios de comunicación – con despidos masivos, jubilaciones y disrupciones de todo tipo – la Fundación AL DIA ha decidido llevar a otro nivel su programa de experimentación y mentorizacion continua dirigido a la nueva generación de periodistas.
Knight Foundation, Temple University’s School of Media, University of Texas’ School of Journalism, Drexel University y la University of the Arts son algunos de los socios con los que cuenta la Fundación AL DIA para tirar adelante en Filadelfia lo que Eric Newton, jefe de Innovación de la Arizona State University’s Cronkite School of Journalism, define como “el modelo de Hospital aplicado a la Educación en Periodismo”
Es decir, ofrecer a los jóvenes reporteros el año de prácticas requerido para ser auténticos “licenciados” a la hora de ejercer su profesión con la confianza y habilidades necesarias.
Desde el fondo de nuestro corazón, se trata de un simple esfuerzo para empoderar a los jóvenes representantes de nuestra comunidad multicultural a que escriban sus propias historias.
A la vez que cumplen con las obligaciones de su profesión con la sociedad.
Si los graduados de la Escuela de Medicina son responsables de la salud del cuerpo humano, los graduados de las escuelas de Periodismo deben ser vistos como los responsables de la salud de nuestro cuerpo político, que no es menos importante.
Confío que en este año 2016 llegaran para ocupar, con sus excelentes credenciales intelectuales, el amplio vacío dejado por los medios de comunicación y para tomar el relevo de los numerosos profesionales de éxito que en su día se ganaban la vida con ello.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.