Desde que el caprichoso sorteo nos deparó que España e Italia quedarían enclavados en el Grupo G, eliminatorio para el Mundial de Rusia 2018, sabíamos que sería una batalla a cara de perro entre ambos por alcanzar la cima de la clasificación. Es importante recordar que el primero obtiene su boleto directo a Rusia, mientras que el segundo tiene que jugar una ronda de repechaje, en la que se puede encontrar con durísimos rivales como Holanda, Suecia, Suiza o el mismísimo Portugal, campeón continental.

Después de disputarse tres jornadas, como se esperaba, ambos van a la cabeza del Grupo, con siete puntos. Sin embargo, el camino hasta esta posición ha sido muy diferente. España, desde que llegó al banquillo Julen Lopetegui, ha recuperado su juego bonito. El entrenador vasco ha vuelto a poner cuatro hombres en el medio, con lo que ha recuperado el control del balón y el centro del campo. 

Italia, por su parte, también ha vuelto a ese estilo desvergonzado. La tienes en la lona, inerte, pero si no le das la puntilla, es capaz de levantarse y volver a la vida.

Así ocurrió en el reciente duelo que las dos potencias europeas disputaron en Turín hace unos días. España dominó la posesión del balón exageradamente. Se puso adelante con un gol de Vitolo, en el que el extremo del Sevilla aprovechó un garrafal falló del veterano portero Gianluigi Buffon. Sin embargo, los hispanos no acabaron de remachar la faena y, en una jugada aislada, un penalti de Sergio Ramos, tan tonto como innecesario, fue transformado por otro veterano, Daniele De Rossi, estableciendo el 1-1 definitivo en el minuto 82. Curiosamente, en el tiempo restante, los italianos estuvieron más cerca de la victoria que los españoles. 

El resultado no fue malo para un cuadro visitante que el domingo volvió a brillar y ganó en una de las salidas más complicada del Grupo, 2-0 en Albania. Sin embargo, quedó un sabor agridulce, pues un triunfo en el estadio de la Juventus hubiera dejado a España en bandeja de plata su acceso para el Mundial, dos años antes de que llegue la cita. 

Italia, por su parte, siguió haciendo de las suyas en su tercer encuentro del Grupo. En un partido insulso, jugado en Macedonia, llegó a estar por detrás en el marcador (2-1), mediado el segundo periodo. Sin embargo, los transalpinos supieron sufrir hasta el final y dieron la vuelta al tanteador (3-2), gracias a un definitivo gol de Immobile cuando pasaban dos minutos del tiempo añadido.

Probablemente, ambas selecciones continúen ganando jornada a jornada. España lo seguirá haciendo de forma preciosista. Italia, más por oficio que por otra cosa. 

Queda casi un año para el partido de vuelta en España, que se jugará el 2 de septiembre de 2017. Si ambos llegan igualados a puntos, como todo hace prever, el empate favorecería a unos locales que cuentan ya con una diferencia goleadora muy superior a los azurri. Pero, teniendo a Italia delante, jamás se sabe qué pueda ocurrir y lo peor que podría hacer España es darla por muerta como hizo fatídicamente hace unos días en Turín.