[OP-ED]: Neymar, el jugador más caro de la historia, piensa en Rusia 2018
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De hecho, las últimas tres participaciones de los brasileiros acabaron en debacle. En 2006 Francia los apeó en cuartos de final (1-0). Cuatro años más tarde fue Holanda la que se encargó de negarles el acceso a semifinales (2-1). En 2014, en la Copa del Mundo celebrada en su propia casa, Brasil quedó entre los cuatro mejores, pero cayó por un estrepitoso 7-1 ante Alemania en la antesala de la final y después fue doblegado por Holanda, 3-0, en el duelo por el tercer lugar. Los diez goles encajados en esos dos encuentros se convirtieron en la losa más pesada que ha tenido que sufrir la torcida verde-amarela.
Sin embargo, aunque aquella semana desastrosa sea imposible de olvidar, los fanáticos brasileiros vuelven a mirar al futuro con confianza. La principal razón es la joven estrella de 25 años, Neymar da Silva Santos Junior: Neymar. El hábil delantero fue el único que se salvó de la quema del Mundial 2014, al tener que dejar la competición, lesionado, tras el partido de cuartos de final ante Colombia. Además, Neymar condujo a Brasil, el pasado verano, en el mismísimo Rio de Janeiro, a conquistar la primera medalla de oro olímpica en la historia del soccer masculino. En la actualidad, el delantero que se forjara en el Santos, mismo equipo en el que triunfó Pelé, tiene a la selección verde-amarela al frente de la eliminatoria sudamericana para acceder al Mundial de Rusia 2018. Tras 14 partidos, Brasil ha sumado 33 puntos, nueve más que Colombia, su más cercano perseguidor, contando con Neymar como su principal ariete con 10 dianas. Desde Ronaldo Nazário (máximo goleador del Mundial 2002), ningún futbolista había levantado tanta admiración ni generado tanta expectación en un país como Brasil, el cual rezuma soccer por todos sus poros.
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Neymar está centrado en convertirse en la estrella futbolística más grande de todo el planeta y, para ello, protagonizó la noticia más sorprendente de este verano. Pagó la cláusula de rescisión que le unía al F.C. Barcelona, 222 millones de euros (262 millones de dólares), y se convirtió en el futbolista más caro de la historia, recalando en la capital francesa, donde será el buque insignia del París Saint-Germain. Jamás el Barça imaginó que un club fuera a realizar un desembolso tan grande para arrebatarle a una sus estrellas. Inmediatamente, la prensa española se cuestionó el porqué de la decisión del brasileño. Está claro que su nuevo sueldo, 30 millones de euros (35 millones de dólares) es una razón de enorme peso, pero probablemente el FC Barcelona podía haber llegada a una cifra similar si ambas partes se hubieran sentado a negociar.
No, el principal de los motivos de la marcha de la rutilante estrella brasileña no es económico. La razón primaria es convertirse en el líder de un proyecto, en el número uno de un equipo que lleva años codeándose con la élite del soccer europeo y que aspira ahora a todo. En Barcelona, a la sombra de Leo Messi, esto fue imposible para Neymar en cuatro años en los que ganó los máximos trofeos destinados a un club, pero en los que jamás brilló como el referente de estas gestas. Ahora, en París, el espectacular delantero brasileño toma la responsabilidad primera en acceder al éxito, soñando con derrocar la tiranía que el propio Messi y Cristiano Ronaldo han ejercido sobre el Balón de Oro en los últimos nueve años, pero también teniendo en el horizonte alcanzar el Mundial de Rusia 2018 como la figura número uno del planeta fútbol y llevar de nuevo a Brasil a la cima de un deporte cuya supremacía en la última década se han disputado otros países.
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