OP-ED: Los Soñadores no necesitan perdón - porque no hicieron nada malo
Activistas de inmigración presionan al presidente Obama para que indulte a cientos de miles de jóvenes indocumentados, a fin de que Donald Trump no pueda deportarlos.
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Activistas de inmigración presionan al presidente Obama para que indulte a cientos de miles de jóvenes indocumentados, a fin de que Donald Trump no pueda deportarlos.
Los representantes demócratas Zoe Lofgren y Lucille Roybal-Allard, de California, y Luis Gutiérrez, de Illinois, enviaron una carta recientemente a Obama pidiendo que utilice su autoridad para indultar las “infracciones civiles de inmigración pasadas y futuras” de más de 740.000 así llamados Soñadores, que se benefician de la Acción Diferida para los que Llegaron de Niños, (o DACA, por sus siglas en inglés).
Funcionarios de la Casa Blanca rechazaron rápidamente la idea, afirmando que dicho indulto sería equivalente a conceder categoría legal permanente. Tal como señalaron, el presidente no posee esa autoridad.
Ninguna sorpresa. Obama no responde a los activistas de inmigración, tal como lo demostró al ignorar sus ruegos de que redujera las deportaciones.
Pero antes de adelantarnos tanto, ¿no debemos detenernos y preguntar si deportar a los Soñadores es algo que el presidente electo Trump desea hacer, en primer lugar? No parece ser el caso.
Es cierto, Trump dijo efectivamente que los que están en el país ilegalmente tendrán que partir. También amenazó con revertir las medidas ejecutivas de Obama, entre ellas DACA, que permite que jóvenes indocumentados soliciten un permiso de trabajo de dos años y una postergación temporaria para la deportación.
Pero los alardes de Trump en inmigración podrían sólo ser gestos teatrales. Es el tipo de cosa que hacen los republicanos cuando intentan resultar electos. Ahora que fue electo, no parece que Trump tiene el estómago para llevar a cabo muchas de las cosas que dijo.
Después de que la revista Time nombrara a Trump su Persona del Año, el multimillonario expresó lo siguiente a la revista cuando le preguntaron sobre sus planes para los Soñadores:
“Vamos a llegar a un acuerdo por el que estarán felices y orgullosos. Los trajeron aquí en edad muy temprana, trabajaron aquí, fueron a la escuela aquí. Algunos fueron buenos estudiantes. Algunos tienen trabajos estupendos. Y están en el limbo, porque no saben lo que sucederá.”
No parece muy duro, ¿no es cierto? Los restriccionistas de la línea dura, que desean que los Soñadores sean expulsados por el único país que conocieron deben preparase para recibir una decepción. Y las organizaciones de izquierda que piden dinero para impedir que Trump deporte a un grupo de personas, a las cuales no parece muy inclinado a echar, deben encontrar una nueva táctica alarmista para recaudar fondos.
Es la inmigración en dos etapas. Los republicanos se muestran muy duros en las campañas, pero después se ablandan cuando ejercen sus cargos, para ayudar a las grandes corporaciones. Los demócratas se muestran blandos en las campañas, pero usan el martillo una vez que están en sus cargos, para complacer a los sindicatos. Todos resultan engañados. No se hace nada.
Aún así, la Casa Blanca actuó correctamente al echar un balde de agua fría a la idea de un indulto masivo de Obama para los Soñadores.
Comencemos por establecer qué tienen estos jóvenes de especial. No son los atributos que parecen impresionar a los políticos. No tiene nada que ver con el hecho de que muchos de esos inmigrantes indocumentados vayan a la universidad y persigan grandes carreras. Ni que--como dijo Trump--”algunos fueron buenos estudiantes” y “algunos tienen trabajos estupendos”.
Esas son tonterías elitistas y superficiales, que sólo introducen una cuña entre esos jóvenes y sus padres, a menudo menos educados pero muy trabajadores, que se sacrificaron tanto por ellos.
Lo que hace que los Soñadores sean especiales es lo mismo que despierta la empatía de muchos estadounidenses hacia ellos. Es el hecho de que--como fueron traídos al país por sus padres cuando eran niños--no tomaron la decisión consciente de quebrar las leyes de inmigración.
El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, recientemente señaló ese punto cuando entregó una carta a Trump, co-firmada por otros 15 líderes municipales de todo el país, respaldando a los estudiantes de la DACA. Emanuel, en una época representante de la línea dura en inmigración y ahora, tras sufrir grandes cambios, salvador de los indocumentados, dijo a reporteros que había informado a Trump que estos jóvenes deben poder permanecer en Estados Unidos porque “no es culpa suya que sus padres hayan venido aquí.”
Tiene sentido. Para estos jóvenes, venir a Estados Unidos fue un acto tan voluntario como cuando los padres de uno lo llevaron al Parque Yellowstone en unas vacaciones de verano.
Ahí está el problema. Un indulto sería legal, pero no tendría lógica. El indulto es la manera de perdonar oficialmente un acto ilícito. Y tal como se nos dijo repetidamente, los Soñadores son inocentes.
Entonces, ¿cómo se puede indultar un acto ilícito de un grupo de individuos que no hizo nada malo?
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