[OP-ED]: En inmigración, Trump es deliberadamente ignorante
¿Soy yo o alguien más tiene la sensación de que el presidente Trump y otros miembros de su gobierno no ven la diferencia entre los inmigrantes no-autorizados y los qu
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¿Soy yo o alguien más tiene la sensación de que el presidente Trump y otros miembros de su gobierno no ven la diferencia entre los inmigrantes no-autorizados y los que viven en el país legalmente?
Este hecho pareció obvio en su primera medida ejecutiva relativa a la inmigración—detenida por los tribunales—que prohibía que refugiados y ciudadanos de siete países de mayoría musulmana entraran en Estados Unidos por lo menos durante 90 días. En los días anteriores a la suspensión de la prohibición, los agentes fronterizos no hicieron distinción alguna entre la gente que llegaba con diversas visas y los que tenían residencia permanente legal en Estados Unidos (también conocidos como portadores de la tarjeta verde) o los que tenía doble ciudadanía.
Si los cambios a las actuales normas migratorias, que se filtraron en la forma de un borrador de medidas ejecutivas la semana pasada, se convierten alguna vez en ley, ese hecho recalcará la creencia básica del gobierno de Trump de que todos los inmigrantes—y no sólo los no-autorizados—son problemáticos para nuestro país y deben ser extraídos de nuestras filas.
Además de acelerar las deportaciones para inmigrantes presentes ilegalmente, los memorandos filtrados despertaron la inquietud en grupos de incidencia de que se deporte a inmigrantes legales que obtienen asistencia pública. Y de que se niegue el ingreso a los Estados Unidos de individuos que de otra manera serían elegibles para la tarjeta verde, si se determina que podrían potencialmente cumplir los requisitos por sus recursos para recibir asistencia gubernamental.
Para que quede claro: la Associated Press desacreditó el mito de que se haya firmado una orden ejecutiva de ese tipo, pero el temor y la confusión son palpables.
En el centro del prejuicio contra los inmigrantes, sean o no legales, estuvo la constante referencia de la extrema derecha, durante más de una década, a los inmigrantes como insectos y alimañas. Más recientemente, el mismo Trump se refirió a los inmigrantes latinos como violadores, narcotraficantes, pandilleros y, en general, inclinados a la violencia.
Aunque esos mitos persistentes fueron destruidos una y otra vez, en un medio ambiente repleto de noticias falsas diseminadas y compartidas libremente, es más importante que nunca proporcionar información legítima y genuina sobre los inmigrantes.
Para comenzar, los nacidos en el exterior cometen menos delitos que los nacidos en Estados Unidos—es un hecho establecido que se remonta por lo menos a hace un siglo.
Además, cuando investigadores de la Universidad de Massachussets y la Universidad de Texas en Dallas investigaron si existía la posibilidad de que los nacidos en el exterior simplemente mintieran sobre sus interacciones con las fuerzas del orden, hallaron no solo que los inmigrantes no tienen una mayor tendencia a reportar menos sus delitos, paradójicamente tienden a reportar de más los arrestos. (Quizás eso se deba a una interpretación equivocada de interacciones ordinarias con la policía, pero los investigadores no encontraron pruebas conclusivas del motivo por el que ese fenómeno ocurre.)
Según datos de 2013 del Cato Institute, los inmigrantes de bajos ingresos utilizan beneficios públicos como Medicaid o el Programa de Asistencia en Nutrición (SNAP, por sus siglas en inglés, conocido anteriormente como las Estampillas para Alimentos) a tasas menores que las de los ciudadanos nativos de bajos recursos.
Y no todos son de bajos ingresos. De hecho, los datos del Censo de Estados Unidos muestran que los ciudadanos nacidos en el exterior ganan más que los ciudadanos nacidos en Estados Unidos. Eso no debería ser una sorpresa; examinemos las listas de las profesiones médicas, de los profesores universitarios y de las empresas de alta tecnología.
Por último, debe decirse que hasta los nativos de nuestro vecino del sur no son tan pobres como algunos quieren que pensemos. Como Estados Unidos, México tiene mucha pobreza, una infraestructura que se derrumba y un sistema educativo que necesita ayuda—aunque a una escala mucho mayor.
Pero en el curso de la última década, México ha visto crecer a su clase media, además de un gran número de mexicanos ricos. Y gozan de tantos rascacielos brillantes, museos de calidad mundial y restaurantes elegantes como los estadounidenses de clase alta.
Lejos de llenarse de hordas de “hombres malos”, el gobierno estadounidense recluta a algunos como Yair Israel Pina Lopez, de 20 años, cuando busca a “los mejores y más brillantes”. Pina Lopez fue seleccionado por la NASA para participar en un aterrizaje simulado en Marte, en Utah, en la Mars Desert Research Station, en la primavera.
Parece que nuestro presidente ignora deliberadamente las diferencias entre los diversos tipos de inmigrantes, agrupándolos a todos en una pila desvalorizada. Pero todos los que viven en el mundo real, en que las mucamas y los cirujanos son inmigrantes presentes legalmente, no deben zafarse tan fácilmente.
Deben recordar que además de ser una parte importante de la historia de Estados Unidos, los inmigrantes legales son parte esencial de nuestro presente y nuestro futuro.
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