[OP-ED]: El verdadero corazón del Taller Puertorriqueño: Carmen Febo-San Miguel
La semana pasada se inauguró el nuevo edificio de Taller Puertorriqueño, en la esquina de la Calle Quinta y Huntingdon, con una ceremonia llena de vecinos y de person
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La semana pasada se inauguró el nuevo edificio de Taller Puertorriqueño, en la esquina de la Calle Quinta y Huntingdon, con una ceremonia llena de vecinos y de personas insignes de la comunidad latina de Filadelfia, además del alcalde de la ciudad, James Kenney. Con el lema de “El Corazón Cultural del Barrio,” inspirado por el mosaico que adorna la entrada del antiguo Centro de Educación, Taller Puertorriqueño está en existencia desde 1974. Después de casi 12 años de crear presupuestos y recaudar fondos, esta insigne entidad se ha transformado de una organización de un millón de dólares a otra de once millones. Carmen Febo-San Miguel, orgullosa en sus palabras de presentación, agradeció el apoyo de Ángel Ortiz, quien ayudó a subvencionar este proyecto desde el principio. También mencionó a John Irizarry, que fue Director Ejecutivo de Taller durante catorce años, y a otras personas de la junta directiva y de la comunidad. Pero el verdadero corazón de esta institución es, sin duda alguna, Carmen Febo-San Miguel.
Carmen Febo-San Miguel vino a Filadelfia de Puerto Rico, donde había estudiado la carrera de medicina en la Universidad Interamericana, para hacer sus estudios médicos de residencia aquí en los años setenta. Desde el primer momento estuvo de voluntaria en Taller, pero la joven doctora Febo-San Miguel volvió a Puerto Rico por unos años y allí comenzó a ejercer su carrera de medicina familiar.
A su vuelta a Filadelfia, esta vez ya definitivamente, siguió con su vinculación al Taller Puertorriqueño, primero como miembro de la junta directiva y después como su directora. “El Taller siempre fue, con la medicina, una de mis pasiones”, nos dice Carmen. Taller empezó en el sótano de Aspira y después pasó a la Calle Quinta, donde se encontraba la tienda Julia de Burgos, distinguida por ser una librería bilingüe. Años después se abrió la Galería Lorenzo Homar en el segundo piso, dedicada a exponer el arte latino con artistas tan conocidos como los puertorriqueños Antonio Martorell y Myrna Báez. A partir de 2010 Rafael Damast, en su papel de Manager de Exhibiciones, creó más de treinta exposiciones relacionadas con toda la comunidad latina de Filadelfia.
Carmen continuó ejerciendo como médico de familia a tiempo completo hasta 1997, alternando con sus crecientes responsabilidades en la dirección del Taller Puertorriqueño que cada año requería más de su tiempo. Poco a poco fue reduciendo su trabajo como doctora e incrementando su labor en Taller y la comunidad latina. Desde el año 2014, con la promesa del nuevo edificio y su trabajo de Directora Ejecutiva, Carmen ha dedicado toda su energía a realizar este proyecto.
Como se dice generalmente, el resto ya es parte de la historia. El sueño se ha convertido en realidad. El nuevo edificio de Taller, con sus más de 24,000 pies cuadrados, casi ha triplicado el espacio para clases; contiene un auditorio con espacio para 200 personas, continúa con la tienda de regalos y la librería y ha ampliado la galería de arte considerablemente. Carmen desea que este edificio sea más que una continuación; tiene la esperanza de que sea un proyecto transformador. Está llena de orgullo y con razón. Es ella quien le ha dado vida y palpita como su corazón.
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