Con el Mes de las Universidades Comunitarias, ha llegado el momento de reconocer y celebrar estas instituciones por su papel en la construcción de diversidad, equidad e inclusión en nuestros lugares de trabajo y comunidades.

Se ha demostrado una y otra vez que la diversidad mejora los resultados en el mundo empresarial. Según un estudio, los equipos diversos superan a los individuales en un 87 % de las ocasiones a la hora de tomar decisiones empresariales. Una investigación de Gartner descubrió recientemente que “las diferencias de edad, etnia, sexo y otras dimensiones fomentan el alto rendimiento”. Y según el Foro Económico Mundial, las empresas con puntuaciones de diversidad superiores a la media obtienen un 45 % de ingresos medios de la innovación, frente a solo un 26 % de las empresas con una diversidad inferior a la media.

Está claro que dar prioridad a la diversidad en las empresas está correlacionado con un rendimiento superior, que a su vez puede dar lugar a comunidades más prósperas y fuertes. Pero para que esta tendencia continúe, las instituciones educativas locales deben desempeñar un papel más importante en la formación de una nueva generación de personas diversas, con las capacidades y oportunidades necesarias para prosperar en la economía actual.

Gracias a su accesibilidad y asequibilidad para grupos diversos, los colegios comunitarios están muy bien situados para fomentar la diversidad y la inclusión en nuestra mano de obra local. Para empezar, el 51 % de los estudiantes de colegios comunitarios en EE. UU. se identifican como de una raza distinta a la blanca, y el 12 % de los estudiantes tienen alguna discapacidad. Además, los colegios comunitarios son mucho menos caros que las universidades tradicionales de cuatro años, lo que los hace más asequibles para todos los grupos.

Universidades Comunitarias también ofrecen vías rápidas para acceder a puestos de liderazgo y carreras bien remuneradas. Al formar a los estudiantes en las competencias que exigen hoy los empresarios, los colegios comunitarios pueden adaptar mejor los planes de estudios a las necesidades económicas locales. Este enfoque mutuamente beneficioso permite a los estudiantes pertenecientes a minorías acceder a carreras atractivas, mientras que a las empresas cubrir puestos vacantes con trabajadores cualificados.

Universidades Comunitarias también aprovechan los programas de desarrollo de la mano de obra como una forma eficaz de guiar rápidamente a los estudiantes, no solo hacia un puesto de trabajo, sino también hacia una carrera profesional duradera. Están diseñados para ofrecer a los estudiantes oportunidades de empleo en puestos de gran demanda y con salarios sostenibles para las familias.

Los programas de aprendizaje y las prácticas son otras formas efectivas a través de las cuales las Universidades Comunitarias se comprometen con los empleadores y determinan sus necesidades, para luego ponerlos en contacto con un grupo diverso de estudiantes deseosos de aprender y ocupar puestos de trabajo tras su graduación. Este enfoque colaborativo garantiza que los educadores ofrezcan oportunidades pertinentes que beneficien a los estudiantes, a las empresas y a la comunidad en general.

Los estudiantes de los colegios comunitarios siguen teniendo la opción de obtener una licenciatura. La calidad de la educación en los colegios comunitarios es extremadamente alta, y la transferencia a las universidades de cuatro años es simple y fácil. Sin embargo, los muchos que optan por no hacerlo también están bien posicionados para el éxito.

En Montgomery County Community College, estamos comprometidos con la equidad. Recientemente, celebramos nuestro Simposio Presidencial anual, de tres días, con el lema “Inspirar más allá de la inclusión”, y nombramos a dos nuevos líderes del equipo de Equidad, Diversidad y Pertenencia, para impulsar los esfuerzos continuos del College por hacer de sus campus un lugar para todos.

Como inmigrante, conozco de primera mano el valor que la educación superior puede ofrecer a los ciudadanos de cualquier origen. Como persona de color, tener la oportunidad de ver vías hacia una vida mejor fue en buena parte lo que me atrajo de mi puesto en la Universidad. Nunca dejaremos de luchar por una mayor inclusión entre nuestras cuatro paredes y en nuestras comunidades. Con el apoyo de nuestros gobiernos locales y de los miembros de la comunidad, sé que las Universidades Comunitarias de todo el país podrán seguir haciendo lo mismo.

(*) Presidenta del Consejo de Administración del Montgomery County Community College.