OP-ED El naufragio de Trump
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Olvídese de las Olimpiadas. El espectáculo más entretenido en estos días no es la reunión de los mejores atletas del mundo en la hermosa Río de Janeiro. Este honor le corresponde al reality show del inevitable naufragio de Donald Trump y las desesperadas ratas que han comenzado a saltar del barco.
Sí, los republicanos convertidos en nuevos Frankensteins, con su política de división, odio y racismo crearon este monstruo desalmado imposible de controlar – y sin prisa pero sin pausa la criatura está devorando a sus creadores. El barco de Trump no se hunde solo sino que arrastra consigo al fondo el buque del partido Republicano, con todo y su carga lamentable de hipócritas y simuladores que, en última instancia, no se diferencian gran cosa de su abanderado.
Y eso, irónicamente, habrá que agradecérselo al mismo Trump.
El monstruo sería de temer si tuviera la menor oportunidad de convertirse en el próximo Presidente del país. Pero a pesar de sus cansones autobombos (“Yo soy grandioso”, etc.), la mezcla de arrogancia y estupidez es una receta segura para el fracaso. Y si de algo no hay duda es de que Trump posee ambas “cualidades” en cantidades industriales.
Todo el mundo está al tanto de la absurda y despiadada pelea del candidato republicano con Khizr y Ghazalla Khan, inmigrantes de Paquistán cuyo hijo, Humayun, un capitán en el ejército norteamericano, murió en Irak en el 2004. Todo comenzó cuando el Sr. Khan desenmascaró a Trump y le mostró a toda la nación la verdadera cara del partido Republicano en la Convención Nacional Demócrata.
“Este candidato me asombra”, afirmó Khan certeramente pocos días después en el Today show. “Su ignorancia. Es capaz de pararse y calumniar a la nación completa”.
Todo el mundo conoce también la negativa de Trump a apoyar a Paul Ryan y John McCain, y las pusilánimes reacciones de estas figuras prominentes del partido Republicano quienes, a pesar de condenar repetidamente las palabras y las acciones de su candidato, no han tenido el coraje de retirarle su apoyo. Unos días más tarde, Trump, cuyo apoyo se derrumba estrepitosamente, no tuvo otra alternativa que tragarse su bravuconería y apoyar a los dos líderes de su partido.
“Si bien nuestro partido le concedió la nominación, esta no viene acompañada por una licencia para difamar a esos que son los mejores entre nosotros”, McCain señaló en una declaración escrita. Sí, seguro, Sr. McCain, pero tanto usted como Ryan continúan respaldando cobardemente la candidatura inmoral de Trump.
Los jóvenes, sin embargo, ni se dejan engañar por este artista de mala muerte ni tienen la paciencia para soportar sus pesadeces.
“Trump es tremendamente impopular entre los adultos jóvenes, en particular los de color, y casi dos tercios de los americanos entre los 18 y los 30 años creen que es racista”, concluye un nuevo estudio GenForward conducido por el Black Youth Project de la Universidad de Chicago con Prensa Asociada. Solo el 19% de los jóvenes –negros, hispanos, asiático-americanos y blancos—tienen una opinión favorable de Trump mientras que tres cuartos lo rechazan.
"Creo que si uno quiere ser un joven moral, no puede apoyar a Trump”, les dijo a los entrevistadores Miguel García, de Norwalk, California, un estudiante universitario de 20 años nieto de inmigrantes mexicanos.
García tiene razón. Afortunadamente para el país, el estudio GenForward confirma que el joven podía haber estado hablando en nombre de la mayor parte de su generación.
Más malas noticias para el nominado republicano cuyo barco continúa haciendo agua en tiempo real frente a toda la nación. Sin duda el espectáculo más entretenido del país.
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