No más tasas sobre propiedades inmobiliarias
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A la hora de encontrar dinero para financiar las escuelas públicas de Filadelfia, son muchos en la Alcaldía los que automáticamente piensan en una solución: subir los impuestos a las propiedades inmobiliarias.
Arrebatar más dinero a los propietarios de bienes inmuebles para financiar las escuelas se ha convertido en un reflejo voluntario en la Alcaldía, en particular, para el alcalde, James Kenney.
El actual alcalde de Filadelfia propuso recientemente otro impuesto sobre los bienes inmuebles para aumentar el dinero destinado a las escuelas de la ciudad. Kenney necesita más dinero ahora que ya ha conseguido su objetivo de poner fin al control del estado sobre el Distrito Escolar de Filadelfia.
La idea de Kenney no es nueva. Su predecesor, Michael Nutter, ya aumentó en cuatro ocasiones las tasas inmobiliarias para aumentar la financiación de las escuelas durante los dos mandatos que estuvo al frente de la Alcaldía.
La definición médica de reflejo voluntario es la de acto que emprende una persona de forma consciente y por voluntad propia, como por ejemplo, caminar.
Teniendo en cuenta, pues, que un reflejo voluntario supone una decisión consciente, la Alcaldía debería mostrar una voluntad consciente de querer financiar las partidas para educación escolar sin tener que vaciar constantemente los bolsillos de los propietarios de viviendas, subiendo los impuestos a los bienes inmobiliarios. (No se olvide de que los costes de las tasas R.E pueden / aumentan en base a ratios de asesoramiento diferentes del actual ratio de impuestos R.E).
Sí, el sistema de escuelas públicas de Filadelfia - el más grande de Pensilvania y el octavo más grande de los Estados Unidos - sigue sufriendo de escasez de fondos de forma crónica porque la legislatura del estado de Pensilvania permenece intencionadamente negligente en el complimiento de su deber constitucional de administrar adecuadamente los fondos públicos para educación por todo el estado.
Y, sí, proveer de una educación adecuada a los niños es un compromiso cívico crucial que todo el mundo debería respaldar, tanto ciudadanos como corporaciones.
Pero, ¿en qué punto el peso de los impuestos R.E se convierten en una carga engorrosa?
No Más – no al aumento de las tasas a las propiedades inmobiliarias.
Existe en Filadelfia una tasa dedicada exclusivamente a financiar las escuelas, la llamada Tasa Sobre la Renta para las Escuelas (SIT, por sus siglas en inglés), que muy pocos ciudadanos de esta ciudad conocen y, todavía muchos menos, pagan, como deberían.
La SIT, según la web de la Alcaldía, debe ser pagada por todos aquellos residentes de Filadelfia que reciben “determinados tipos de rentas no ganadas”. Estas rentas no ganadas incluyen dividendos, ingresos provenientes de fondos y bienes patrimoniales, ingresos de arrendamientos a corto plazo, indemnizaciones por daños punitivos o premios de lotería en metálico de la Lotería de Pensilvania.
La Alcaldía, hasta ahora, no se ha preocupado de que los ciudadanos de Filadelfia sepan más sobre la SIT. Solo 40.000 de un total de más de 600.000 residentes de la ciudad pagan la SIT. Pero, sin duda, el número de residentes obligados a pagar la SIT es muy superior.
¿Dónde está el reflejo voluntario - el deseo consciente - de la Alcaldía por aumentar la conciencia ciudadana sobre la SIT e iniciar un programa de amnistía para los morosos en el pago de este impuesto?
Un programa de amnistía sería una forma justa de aumentar la recolecta de la SIT, ya que muy poca gente conoce su existencia. Recuerde, la Alcaldía sabe perfectamente quién no paga la SIT ya que tiene acceso a toda esta información sobre los contribuyentes a través del IRS.
La Alcaldía también ha mostrado una falta de consciencia a la hora de eliminar o modificar la rebaja de diez años al impuesto sobre nuevas construcciones o reformas sustanciales, implementada hace aproximadamente veinte años.
Esta medida de reducción fiscal fue introducida como incentivo fiscal y tuvo el resultado que se esperaba: acelerar la construcción de obra nueva en Filadelfia y reavivar la mórbida economía de la ciudad.
Pero ahora esta reducción fiscal está pasando factura a las arcas públicas de Filadelfia. Además, las reducciones de este tipo son injustas para los propietarios de viviendas antiguos, especialmente en comunidades que han ido gentrificándose gracias, en parte, al programa de rebajas fiscales a la obra nueva.
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