Mes de la Herencia del Inmigrante: Cómo cambiar la narrativa, una historia a la vez
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Es común el ver cómo algunos medios de comunicación y políticos con segundas intenciones intentan manipular el tono en el cual se discuten ciertos temas en el ámbito nacional. En el caso del tema migratorio, el debate actual generalmente se enmarca como una lucha entre blancos y morenos, entre los inmigrantes y los nativos, entre el bien y el mal. La campaña Mes de la Herencia del Inmigrante busca cambiar esta percepción. La celebración, que lleva ya dos años de existencia, ha creado lo que ellos llaman una “un archivo digital” en la que la gente puede compartir sus historias de inmigración. Y al parecer la campaña ha dado en el clavo: Además de una multitud de seguidores en línea, la campaña ha conseguido el apoyo entusiasta de famosos del cine y la televisión, atletas, líderes de los negocios, la religión y los derechos civiles, así como también notables figuras y líderes políticos, incluso la Primera Dama Michelle Obama y el Presidente Barack Obama.
“No todo el mundo tiene la oportunidad de crecer en la ciudad de Nueva York y presenciar la belleza del mundo encapsulada un par de millas cuadradas. Así que esto conllevará un proceso de educación, y ese es uno de los objetivos del Mes de la Herencia del Inmigrante,” dijo Alida García, Directora de Coaliciones y Política en FWD.us. La señorita García – junto con Daniel Alejandro León-Davis, Director Digital de la campaña; Roberto Frugone del Fondo Educativo NALEO; y Felice Gorordo de la compañía ClearPath Inmigración – recientemente se reunieron conmigo para hablar sobre el estado de la inmigración en el país, y lo que esperan lograr mediante esta campaña.
Estimular el intercambio entre culturas
Hay, literalmente, mil millones de motivos por los que los inmigrantes deben sentirse orgullosos de sus contribuciones a los Estados Unidos – empezando por los más de setecientos setenta y seis mil millones de dólares que generan anualmente los negocios cuyos propietarios son inmigrantes. Como explicó el señor Frugone, “los inmigrantes definitivamente contribuyen a las economías locales, estatales y nacionales al crear nuevas empresas y al crear empleos. La realidad es que el ochenta por ciento de todas las pequeñas empresas son empresas de inmigrantes.” Además, estas empresas emplean a casi cinco millones de personas. Y ni hablar de las contribuciones no monetarias en las artes y la cultura, la política, la ciencia, las artes culinarias, y demás áreas: Éstas son tan numerosas que son casi inconmensurables.
En una nación erigida por los inmigrantes, es de esperarse que el mérito de estas contribuciones sea evidente. A decir verdad, muy pocas cosas en este país han tenido una influencia de mayor impacto, valor, o duración que la inmigración. Aún así, los inmigrantes continúan siendo demonizados, tal y como las personas de origen judío, irlandés, italiano y otros grupos étnicos lo fueron en diferentes instancias a lo largo de la historia. Y las esperanzas de que se reforme el sistema que destruye a miles de familias cada año parecen estar casi muertas. “Aún así,” dice el señor Gorordo, “los defensores de los derechos del inmigrante no deben rendirse todavía. Lo más importante que tenemos que hacer es continuar participando y no perder la esperanza. Todavía hay esperanzas de que haya una reforma, y nosotros somos una pieza integral en lograr que así sea.”
Un buen primer paso es el de resaltar estas historias. A través de éstas, los organizadores esperan romper el ciclo de acoso, humillación y denigración de los inmigrantes que se ha convertido en la norma al tratar este tema. “Nuestro objetivo es redefinir [la inmigración] en la mente de la gente. Queremos mostrar que cuando alguien dice “soy inmigrante”, esto no es algo malo, sino un motivo de orgullo, del mismo modo que el decir “soy americano” es un motivo de orgullo,” dijo el señor León-Davis.
Además de las gestiones digitales, la organización busca también entablar relaciones con las comunidades inmigrantes locales de un modo positivo, sin partidismos ni polarización. Para lograrlo, están organizando charlas, talleres, películas, y otros eventos en todo el país. La idea, dice la señorita García, “es que realmente queremos brindar a aquellas personas que a lo mejor no participan en las conversaciones cotidianas sobre la política de inmigración la oportunidad de hablar solamente de las personas y de las cosas que aman sobre este país. Queremos darles la oportunidad de aprender un poquito más y de tener intercambios culturales.” Añade, “Es realmente a través de estos intercambios culturales que podremos crear más igualdad en nuestra sociedad.”
Cómo cambiar la narrativa
Para que cualquier cambio llegue a ser verdadero, éste debe comenzar con nosotros mismos. La probabilidad de que cambie la narrativa actual sobre los inmigrantes es directamente proporcional a los esfuerzos que realicemos para defenderla. Durante este mes, y de ahora en adelante, comprometámonos a hacerlo. Tenemos en nuestras manos el poder de contextualizar de nuevo la inmigración como lo que realmente es: La hermosa y heroica travesía de seres humanos en busca de la grandeza. Es la historia de los padres, abuelos y bisabuelos de cada persona no indígena de este país. La historia TUYA, y la MIA. La historia de América.
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