[OP-ED]: Los proyectos de ley del Congreso que no logran nada
La inmigración es un desafío de política pública para las ligas mayores. Pero el Congreso, con el reciente par de proyectos que pasó que no logran nada, está…
Hay muchos miembros reacios a los riesgos en la rama legislativa que prefieren ideas simples en lugar de hacer lo difícil y tener que enfrentarse con donantes o electores enojados. El resultado: docenas de legisladores –más a menudo republicanos, pero también algunos demócratas– que el hecho de que no saben nada de inmigración no evita que se sientan apasionados sobre el tema.
Por supuesto, no son los únicos en Washington que son ignorantes cuando se trata de este tema divisivo y candente.
Simplemente fíjense en la Casa Blanca. Mientras hablaba de los planes para construir un muro a lo largo de la frontera entre México y EE.UU. con los periodistas a bordo del Air Force One, el presidente Trump sugirió que “hay una buena posibilidad de que podamos hacer un muro solar” que también serviría como un ahorro masivo de energía.
Y la gente decía que no podíamos salvar al planeta mientras hacíamos America blanca otra vez.
Trump también dijo que los traficantes de drogas habían diseñado una nueva arma, aunque primitiva, para usar en contra de los patrulleros fronterizos.
“Suena horrible, pero cuando arrojan las bolsas grandes de drogas por arriba y del otro lado del muro hay personas, éstas no las ven; ¿y las golpean en la cabeza con las 60 libras de drogas? Es el fin”.
Así que para evitar que los agentes que patrullan la frontera sufran un golpetazo en la cabeza, Trump quiere construir un muro transparente para que los agentes puedan ver, incluso si eso significa que terminen con poco menos que “una pared de acero con aberturas”.
Ya entiendo. El hecho de que no tengamos transparencia en la investigación de Rusia no significa que no pueda haberla en la frontera.
Finalmente, Trump admitió que el largo de la estructura propuesta iba a ser probablemente más corta de lo anunciado.
“No se necesitan 2000 millas de muro porque hay muchas barreras naturales”, dijo. “Hay montañas. Hay ríos que son violentos y feroces. Hay algunas zonas que están tan lejos que realmente no hay gente que cruce por ahí. Así que no es necesario. Se necesitan más o menos 700 a 900 millas”.
Esto suena como que finalmente estamos recibiendo un poco de honestidad y sentido común. Y entonces me pregunto: ¿Quiénes son ustedes? ¿Y qué han hecho con nuestro presidente?
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No encontrarán honestidad ni sentido común en los dos proyectos de ley de inmigración que la Cámara de Representantes acaba de aprobar. Las dos medidas son punitivas y mal ideadas. Ambas pueden describirse como legislaciones indulgentes, malas políticas ofrecidas para ayudar a Trump a mantener promesas de campañas irreales. Y ningún proyecto de ley es probable que haga mucho por resolver el problema a mano. Lo único que hacen es ilustrar que la mayoría de los legisladores en Washington no tiene la menor idea de cómo tratar el tema.
El primero proyecto de ley –denominado Ley de Kate, en honor a Kate Steinle que fue asesinada en Francisco en Julio de 2015 a los 32 años– establece penas más duras para los inmigrantes ilegales que reingresan a los Estados Unidos luego de haber sido deportados. El agresor acusado de la muerte de Steinle, Juan Francisco Lopez-Sanchez, había sido deportado a México cinco veces pero siempre regresó.
El segundo proyecto de ley prohíbe que las ciudades, condados y estados que se nieguen a cooperar con las autoridades de inmigración reciban becas del Departamento de Justicia y del Departamento de Seguridad Nacional. Algunas de esas becas no tienen nada que ver con inmigración y se ocupan de temas más serios de orden público y seguridad como el terrorismo.
Ambos proyectos de legislación están camino al Senado.
El problema con el primer proyecto es que carece de entendimiento de la naturaleza humana. Las penas más duras y más tiempo en la cárcel no van a detener a alguien que pasa hambre, está desesperado por mantener a su familia o intenta reunirse con sus hijos al otro lado de la frontera. Las personas sin opciones cruzarán lo que solo ven como una línea imaginaria sobre la tierra.
La falla del segundo proyecto de ley es que carece de entendimiento de la realidad. Como ya he dicho varias veces, no existe lo que se llama una ciudad santuario, una tierra de fantasía donde los inmigrantes ilegales pueden vivir sus días sin miedo a ser detectados y deportados. Eso es una creación política de los demócratas que los republicanos han sido lo suficientemente tontos de creer.
Qué pérdida de tiempo y energía. El debate sobre inmigración es un tema serio. Es hora de que comencemos a elegir a líderes que lo aborden de un modo serio.
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