[OP-ED]: ¿La ‘función ejecutiva’ cumple un papel en cuán probable es que los oficiales de policía usen la fuerza letal?
El concepto de “función ejecutiva” se popularizó con las investigaciones de ciencias sociales que demuestran que es más probable que los niños pequeños que…
Según un artículo publicado recientemente por el periódico policial Police Quarterly, también es posible que la función ejecutiva cumpla un papel en cuán probable sea que los oficiales de policía respondan con fuerza letal a un altercado.
En el artículo “Quick on the Draw: Assessing the Relationship Between Low Self-Control and Officer-Involved Police Shootings” (Rápidos para disparar: una evaluación de la relación entre el poco auto-control y los tiroteos de policía que involucran a oficiales), investigadores de la Universidad de Loyola en Chicago, la Universidad de Texas en Dallas y la Universidad del Sur de Florida, analizaron los registros (expedientes de antecedentes, capacitación académica e información personal que podrían ser indicadores de comportamiento policial negativo) del Departamento de Policía de Filadelfia.
Determinaron que los oficiales que tenían problemas con sus finanzas y relaciones personales, encuentros con autoridades del orden público en el pasado y/o niveles de educación más bajos –situaciones vinculadas con una función ejecutiva baja– exhibían una mayor probabilidad de disparar sus armas de fuego.
El hecho de que es más probable que estos oficiales sean hombres no es sorpresa para quien alguna vez estuvo en contacto con un niño inquieto al que no le iba tan bien en la escuela con la cultura de sentarse quieto en el salón de clases.
Pero otro detalle interesante sobre estos oficiales más propensos a disparar sus armas de fuego es que –en este estudio limitado– también es más probable que sean negros.
“Encontramos que era más probable que los oficiales que eran hombres y negros usaran la fuerza letal que los que eran blancos o mujeres”, dijo Alex Piquero, criminólogo de la Universidad de Texas en Dallas y coautor del estudio. “Esto puede parecer sorprendente porque mucha de la narrativa sobre el uso de la fuerza está impulsada por lo que vemos en los medios sociales. Hace veinte años no teníamos teléfonos para grabar vídeos y compartirlos en las redes sociales. Las historias e imágenes que proliferan sobre víctimas negras […] algo de eso es cierto, pero no estamos seguros de que refleje la realidad de la mayoría de los oficiales. De hecho, la mayoría de los oficiales nunca dispara un arma de fuego en toda su carrera”.
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Lo que es más importante, este estudio de la policía de Filadelfia es único por su acceso a una información tan detallada sobre oficiales dado que la mayoría de los departamentos de policía no tienen disponibles esos datos.
“No hay muy buena información sobre el uso de la fuerza por parte de oficiales de policía en incidentes, ya sean pequeños, medianos o severos, como el disparar un arma de fuego”, me dijo Piquero. “No tenemos una base de datos sobre incidentes que involucren disparos por parte de oficiales y simplemente no tenemos acceso a dicha base de datos”.
Eso explica por qué no podemos responder a la pregunta del millón de dólares: ¿Por qué los oficiales de policía negros disparan sus armas de fuego más a menudo?
“No sabemos”, dice Piquero. “Podrían ser temas de despliegue. Por ejemplo, es posible que los oficiales de policía negros son asignados a ciertas partes de sus comunidades en las que el tipo de incidente que resulta en el uso de fuerza es más probable que ocurra. Simplemente no sabemos porque los departamentos de policía dudan en hacer públicas las estadísticas sobre el uso de la fuerza, les preocupa cómo se podría ver en la portada de un periódico. Sin embargo, yo argumentaría que ese nivel de transparencia desarrollaría confianza y credibilidad con la comunidad”.
Si podemos sacar algo de la conclusión de un único estudio que los oficiales de policía con funciones de ejecución más bajas son más proclives a usar la fuerza y que tienden a ser hombres y negros –y es importante reiterar que nunca es una buena idea generalizar tan ampliamente en base a los resultados de un solo estudio– es que deberíamos reconsiderar la creencia de que contratar más oficiales de policía que reflejen la composición racial y étnica de la comunidad mejorará la situación.
Como lo demuestran los tiroteos de alto perfil que involucran a dos minorías –como la reciente absolución de Dominique Heaggan-Brown, el oficial de policía de Milwaukee que había sido acusado del homicidio temerario en primer grado de Sylville K. Smith, ambos eran negros– resolver los problemas policiales requiere que nos fijemos más allá de la raza de un oficial.
Investigar una variedad de factores, incluyendo una mejor capacitación sobre cómo y cuándo hacer uso de la fuerza y entender las fortalezas y debilidades de un oficial en el tema del auto-control, puede tener mucho mayor impacto en la seguridad de la comunidad.
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