Aunque el conejal Derek Green no puede presumir de una lista de “Primicias” igual que la de su mentor Nelson Díaz, ha conseguido ya su particular historial como rompedor de barreras en su puesto como miembro general del Concejo Municipal de Filadelfia.

Una de las iniciativas en las que Green está trabajando es facilitar una mayor colaboración entre las comunidades afroamericana y latina.  

“Las dos comunidades tienen varios asuntos y problemas en común. Creo que deberían colaborar más”, dijo el concejal y abogado en una entrevista reciente tras anunciar en un acto la concesión de una beca de $750.000 a la Asociación Hispánica de Empresas y Contratistas (HACE, por su sigla en inglés) para llevar a cabo un plan con miras a re-desarrollar los vecindarios de Fairhill y St.Hugh.

“Existe un largo historial de colaboraciones entre las cámaras de comercio Afroamericana e Hispana. Y también entre grupos profesionales, como asociaciones de abogados. Pero no existe demasiada colaboración en el área de los servicios sociales”, comentó Green. “Se necesitan más colaboraciones en el área de los servicios sociales”, insistió. 

Hasta hoy se ha tendido a ignorar bastante el legado de la colaboración entre afroamericanos y latinos de Filadelfia en una amplia variedad de aspectos, desde cómo terminar con las políticas abusivas a fomentar el desarrollo en las comunidades no blancas o asegurar que se mantiene una cuota equilibrada de diversidad dentro del personal contratado por la alcaldía. Los esfuerzos colaborativos entre afros y latinos, por ejemplo, fueron decisivos para derrotar la campaña de división liderada por el entonces alcalde Frank Russo, en 1978. Russo pretendía cambiar uno de los estatutos de la administración que prohíbe a los alcaldes presentarse a un tercer mandato.  

“En Filadelfia no hemos tenido tensiones entre negros y latinos como en Los Angeles”, comentó Green.

Durante todo el año pasado, Green ha trabajado para asegurar que los ciudadanos de Filadelfia –particularmente las personas de color– tengan un acceso equitativo a las oportunidades que ofrece la emergente (y lucrativa) industria de la marihuana legal para uso médico. 

Antes de ser elegido concejal municipal, Green, afroamericano, ya tenía experiencia en el sector público y privado. Green trabajó como banquero y fiscal, además de ocupar diversos puestos en la administración de la ciudad como por ejemplo el de Consejero Especial de la concejal municipal Marian Tasco, hoy jubilada.   

Uno de los problemas que Green planea abarcar en el futuro inmediato es la financiación para organizaciones sin ánimo de lucro, especialmente aquellas que trabajan en las comunidades de color. Aunque es cierto que Green está preocupado por la eficiencia de estas organizaciones en una era “de recursos menguantes”, como él mismo dice, su interés no es del todo altruista. 

“Cuando una organización non-profit (sin ánimo de lucro) cierra por culpa de la falta de financiación, se traduce en menos servicios para las comunidades. Perder estos servicios significa más presión para el presupuesto de la ciudad, ya que tendrá que asumir la prestación de estos servicios”, explicó Green.  El jurista destacó su plan para llevar a cabo audiencias para revisar áreas que tienen un impacto en las non-profit, como el estatus de las líneas de crédito que los bancos extienden a este tipo de organizaciones.

Green también es muy consciente de los asuntos culturales que pueden ser un impedimento a la hora de buscar una mayor colaboración entre dos grupos raciales con preocupaciones comunes: 

“Mientras los negros tienen conexiones históricas con los puertorriqueños, existe una población cada vez más grande de mexicanos y de otros países de Centroamérica”, señaló Green. 

“La gente suele limitarse a ver las diferencias entre sus propios grupos, pero no ve las diferencias en los demás”.