Sin embargo, pasados dos meses, y basándonos en lo acontecido sobre los terrenos de juego, podemos llegar ya a la conclusión de que el gran fichaje del PSG no fue Neymar, sino su compatriota Dani Alves.

A pesar de la sanción al caprichoso Neymar y de sus trifulcas con el uruguayo Edinson Cavani sobre quién lanza las faltas, el conjunto parisino marcha al frente de la clasificación francesa, cuatro puntos por delante del Mónaco, vigente campeón, y siete por encima del Lyon. El PSG, que ha registrado en la liga nueve victorias y dos empates, también está invicto en la Champions League, una competición en la que ha vencido en los cuatro encuentros que ha disputado, sellando la clasificación para la ronda de octavos de final.

Para dilucidar la razón de los éxitos del cuadro entrenado por el español, Unai Emery, solo me hizo falta ver su último partido de la liga francesa, en el que el PSG recibió al Niza. Al final, contundente victoria de los parisinos, 3-0, en un duelo que bien pudo acabar siete u ocho a cero. Sin Neymar los locales arrollaron un equipo visitante que alineó a veteranos de postín, como el italiano Mario Balotelli o el holandés Wesley Sneijder. Las continuas incursiones por la derecha de Dani Alves fueron la clave de un cómodo triunfo logrado por el PSG frente a un incómodo rival. El lateral brasileño participó en todos los goles de su nuevo club, generando ocasiones una y otra vez, sin dudar en incurrir por el centro, entrar por la banda o hasta meterse en el área rival si era menester.

Creo que Alves es uno de los futbolistas más infravalorados del panorama mundial. Es cierto, nadie duda su gran calidad pero, inmerecidamente, tampoco es colocado en el TOP 5 del planeta. A sus 34 años, Alves, como los buenos vinos, se va haciendo mejor con el tiempo. Desde su llegada a Europa, firmado por menos de un millón de dólares por el Sevilla, se dedicó a ganar allá donde fuera. El brasileño llevó al cuadro andaluz a conquistar dos títulos de la UEFA y una Copa del Rey española, antes de ser traspasado al FC Barcelona por más de 35 millones de dólares. 

En el Barça obviamente la atención se fijó en el centro del campo y en el gran Leo Messi, pero Alves formó parte del mejor equipo de la historia del club azulgrana, conquistando seis Ligas, cuatro Copas del Rey y tres veces la Champions League.

Siempre dolido por no recibir el trato, ni económico ni mediático, de las demás grandes estrellas del Barcelona, Alves decidió emigrar a Italia, donde su llegada causó inmediatamente un impacto muy positivo en la Juventus. Con el brasileño dominando la banda derecha, el club turinés repitió como campeón de Copa y Liga en Italia, pero además llego hasta la final de la Champions League, dejando por el camino al Barcelona, en una eliminatoria que Alves disfrutó como una dulce venganza. 

Después de solo un año en Italia, el lateral aceptó, igual que Neymar, una suculenta oferta del Paris Saint-Germain, con quien debutó el 29 de julio derrotando al Mónaco, 2-1. Alves marcó un gol y dio el pase del otro, siendo reconocido como Mejor Jugador del Partido. 

Está claro que el éxito del conjunto francés, que intentará arrebatar la hegemonía de los clubes europeos a los españoles esta temporada, pasará por las botas de Alves. Pero también en Brasil sueñan con que el lateral sea una de las grandes estrellas del Mundial de Rusia 2018 y devuelva al combinado sudamericano a la cima del planeta. Alves tendrá ya 35 años, pero si continúa la progresión que está teniendo, se encontrará en su mejor momento para triunfar con el único equipo con el que no lo ha hecho en su carrera futbolística: la selección absoluta de su país, Brasil.