Al irrespetar nuestra herencia, Trump degrada el país
Junio es el Mes de la Herencia Inmigrante, un momento en que el país debería celebrar a los inmigrantes de todo el mundo cuyas ágiles mentes y fuertes brazos…
Pero Donald Trump no conoce el significado de palabras como gratitud, solidaridad y compasión. Irónicamente, el presidente de los EE. UU., un país en el que prácticamente todos -él incluido- tenemos raíces inmigrantes, lejos de celebrar sus contribuciones, se encuentra librando una guerra despiadada contra ellos. Con una indecencia desvergonzada, el embaucador de la Casa Blanca se precia de insultar el carácter de los inmigrantes, degradar su humanidad y aterrorizar a sus hijos.
Es un momento triste en la historia de este país en el que la intolerancia y la crueldad se han convertido en la política de inmigración, y el propio presidente les ha abierto las puertas de la sociedad a supremacistas blancos, admiradores de Hitler y toda clase de escoria racista animándolos a “hacer a Estados Unidos grande otra vez” mediante sembrar la división y fomentar el odio.
No, el momento no es de celebración sino de luchar contra las atrocidades infligidas día a día a las familias inmigrantes por la administración Trump.
La lucha será difícil. Incluso no se respeta ni a los funcionarios electos ni a sus representados, como puede atestiguar el senador demócrata por Oregon, Jeff Merkley.
Cuando este intentó visitar un centro de detención de inmigrantes en Texas durante el fin de semana, fue rechazado en la entrada del edificio, lo que levantó aún más sospechas sobre lo que realmente sucede en los centros de detención del país, particularmente después de que se pusiera en práctica la despreciable política de “cero tolerancia” que separa a los niños de sus padres en la frontera.
Según un indignado Merkley, la cárcel de Brownsville, un antiguo Walmart cuyas ventanas parecen haber sido tapiadas, alberga hasta 1,000 de esos niños. “Nos llamaron a la policía”, dijo Merkley en un tweet.
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“El gobierno federal, el presidente Trump y su equipo, el Procurador General Sessions, Homeland Security, no quieren que los miembros del Congreso o el público sepan lo que está sucediendo”, le dijo Merkley a CNN en una entrevista telefónica el lunes. “Esto no es cero tolerancia. Esto es cero humanidad. Está dañando a los niños, sometiéndolos a una experiencia horrible en una tierra donde no conocen a nadie, y no saben adónde los están enviando, y no entienden por qué los están enviando”.
Su caso no es el único. El senador Bob Menéndez (D-NJ) sufrió una experiencia similar y ahora le exige una explicación a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
“Esto es indignante. La secretaria Nielsen nos debe respuestas. A mi equipo también se le prohibió visitar una instalación de procesamiento de migrantes donde se separa familias”, dijo Menéndez en un tweet. “Cuando los representantes electos del pueblo no pueden observar cómo está funcionando nuestro gobierno, estamos en un mundo al revés”.
Sí, lo estamos, y seguiremos estando en un mundo al revés mientras el embustero, codicioso y racista Donald Trump ocupe la Casa Blanca.
Los inmigrantes no tenemos nada que celebrar este mes, pero cuando los votantes finalmente expulsemos a Trump junto con su pandilla de aduladores, casos mentales, supremacistas blancos, millonarios codiciosos y ancianos exgenerales, la fiesta será la más alegre de que se tenga memoria.
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