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Motorcycles with side cars and trailers are used to haul goods away from the Trigal Market, a wholesale marketplace on the outskirts of the Havana, Cuba. Photo: Chip Somodevilla / Getty Images
Las motocicletas con sidecares y remolques se utilizan para transportar mercías desde el Trigal Market, un mercado mayorista en las afueras de La Habana, Cuba. Foto: Chip Somodevilla / Getty Images

La hipocresía de la política hacia Cuba

La guerra económica contra una nación pobre y pequeña continúa. 

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Es un argumento cansado y contradictorio, pero uno de los favoritos de los que apoyan el bloqueo económico de los Estados Unidos contra Cuba. Es algo así: "El embargo", dicen, "ha permitido al gobierno cubano justificar el colapso de su política económica como resultado del llamado 'bloqueo imperialista' y de esa manera evadir sus responsabilidades sociales hacia su gente.” 

 

Y pregunto: si ese es el caso, ¿por qué no levantar el embargo sin demora? De lo contrario, ¿no está Washington ayudando al gobierno comunista al que pretenden oponerse? ¿Tiene algún sentido que EE. UU. mantenga una medida tal, condenada sistemáticamente por el resto del mundo, si todo lo que hace es dar al gobierno cubano una excusa por sus fracasos? 

 

Después de todo, se supone que el embargo se estableció hace casi 60 años para derrocar al comunismo, al hacer que la vida de los cubanos fuera tan difícil -- escasez, hambre, miseria -- que se levantarían y derrocarían el gobierno. Pero eso no ha sucedido, y su único efecto ha sido castigar al pueblo, ese que EE. UU. y sus testaferros "cubano-americanos" hipócritamente dicen querer "salvar". 

 

No sé usted, pero yo no logro entender que el expresidente Raúl Castro recibiera a Obama con los brazos abiertos y permitiera que su discurso, subversivo sin duda, fuera transmitido a todo el país, si el gobierno cubano no quiere que se levante el bloqueo, como afirman los partidarios de la política de mano dura. 

 

Y, por último, tampoco tengo claro por qué una guerra económica de más de medio siglo del país más poderoso del mundo contra una nación pobre y pequeña se considera, contra toda lógica, que no tiene efecto en la situación precaria por la que están pasando Cuba y los cubanos. 

 

No, la verdadera razón para mantener vivo este cruel fracaso político durante más de medio siglo no es preocupación por el bienestar del pueblo cubano. A Washington y a los Marco Rubios de este mundo los cubanos les importan un comino. Las verdaderas razones son mucho más despreciables: hipocresía, estupidez y la bajeza de castigar a toda una nación como una estrategia electoral.