“Cosas terribles están sucediendo afuera. En cualquier momento del día y de la noche, personas pobres e indefensas son expulsadas de sus hogares ... Dividen las familias: separan a los hombres, las mujeres y los niños. Los niños regresan a casa de la escuela y descubren que sus padres han desaparecido.”

Una descripción inquietantemente precisa de la terrible realidad de las familias inmigrantes bajo el régimen de Donald Trump.

Pero estas palabras, tan actuales, fueron escritas por Anne Frank en su diario el 13 de enero de 1943. Frank, por supuesto, es la adolescente cuya familia judía holandesa se escondió de los nazis en un ático en Amsterdam durante dos años. Finalmente, descubiertos y capturados por la Gestapo, fueron enviados a un campo de concentración donde Anne y la mayoría de su familia perecieron. Ella tenía 15 años.

El paralelo histórico es aterrador.

Unos días después de que dos terroristas blancos perpetraran horribles masacres en El Paso y Dayton, ICE detuvo a más de 650 trabajadores inmigrantes en Mississippi, lo cual dejó a sus hijos exactamente en la misma situación que Anne Frank describió. Aunque uno de los asesinos declaró que su propósito era matar a tantos mexicanos como fuera posible para "detener la invasión" (palabras de Trump), el presidente estaba radiante.

 "Quiero que la gente sepa que, si entran ilegalmente a los Estados Unidos, serán expulsados", dijo Trump en la Casa Blanca. "Y esto sirve como un muy buen elemento disuasorio".

 La crueldad es asombrosa. Como informa la ACLU, al menos siete niños, muchos de ellos más jóvenes que Anne, murieron bajo custodia o después de haber sido detenidos por agencias federales de inmigración en la frontera en los últimos meses.

"El gobierno puede argumentar que sus manos están atadas por la falta de recursos, pero la verdad es que estos horrores son simplemente el último intento de deshumanizar a los solicitantes de asilo y a los migrantes", ha dicho la ACLU.

Es que para Trump y sus secuaces no hay otra política que la crueldad.