Cuba: Europa contra el embargo
Si el caos que prevalece en Washington le produce la inquietante sensación de que los Estados Unidos están en manos de una camarilla de gente codiciosa,…
Esa es la reacción que naturalmente provoca en cualquier persona decente un gobierno como el de Donald Trump, cuyas principales características son la crueldad, el racismo y la mendacidad. El intento de Trump de obligar a que el país apruebe su absurdo muro fronterizo, un monumento al racismo, el despilfarro y la estupidez, dice mucho sobre el carácter del hombre con el dedo en el gatillo nuclear. ¿Puede haber una realidad más aterradora?
La ignorancia de Trump de la historia y su falta de respeto por otras culturas lo convierten en un jugador peligroso en el ámbito internacional. Su política de América Latina, si es que existe, no es más que una serie de amenazas y una retórica anticuada con la intención de intimidar a las naciones que no están dispuestas a obedecer ciegamente las órdenes de Washington. Pocos piensan que tal política tendrá éxito.
Al mismo tiempo, Trump y sus asesores sobre América Latina, a saber, el belicista asesor de Seguridad Nacional John Bolton y el senador republicano de la Florida Marco Rubio, conocido por su oportunismo y su entusiasmo por hacer la vida de los cubanos lo más difícil que sea posible, solo tienen elogios para los regímenes del protofascista presidente brasileño Jae Bolsonaro y de Iván Duque, el presidente de Colombia, un país donde asesinar a activistas de derechos humanos se ha convertido en un aspecto más de la vida cotidiana. No es sorprendente que la ignorante política “América primero” de Trump no haya ganado muchos aliados en el resto del mundo.
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“Vivimos en un mundo difícil y debemos evitar que nuevos conflictos se agreguen a los muchos que ya tenemos. Construir muros no sirve para nada, solo pueden empeorar la situación, la verdadera fuerza reside en el diálogo y la cooperación” afirmó Federica Mogherini, la más alta diplomática de la Unión Europea, durante una reciente visita oficial a Cuba. La “única” alternativa al actual “desorden internacional es un orden mundial más cooperativo, más justo y más solidario basado en el multilateralismo”, señaló la diplomática en un claro rechazo a las políticas de Trump.
Mogherini no midió sus palabras al condenar el embargo comercial de los Estados Unidos, al que calificó de “obsoleto e ilegal” y afirmó que la UE trabajaría para ponerle fin.
“El bloqueo no es la solución, lo hemos dicho muchas veces a nuestros amigos estadounidenses y lo hemos afirmado repetidamente en las Naciones Unidas. El único efecto del bloqueo es empeorar la calidad de vida de las mujeres, hombres y niños cubanos”, dijo Mogherini en La Habana.
Según el sitio web Cubadebate, la representante de la UE también criticó las medidas adoptadas por la administración Trump contra la isla y el revés en las relaciones entre Washington y La Habana. “Sé muy bien que en la actualidad hay quienes intentan aislar a Cuba, nosotros los europeos queremos que sepan que estamos más cerca que nunca de ustedes, que Cuba y los cubanos no se han quedado solos”, afirmó.
En un momento de oscuridad como el que vivimos, en el que el caos y la mentira parecen reinar, Mogherini trajo con ella a La Habana un raro y bienvenido sentido de decencia y civilización.
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