El valor de las empresas latinas | OP-ED
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Hace apenas unas semanas, se publicó el octavo informe anual sobre el estado de la iniciativa empresarial latina. Recoge datos de empresas de propiedad latina, que representan el segmento de más rápido crecimiento de la población empresarial estadounidense.
Algunas de las conclusiones más destacadas del informe dicen que las empresas de latinos superan las tasas de crecimiento de las empresas de blancos y de las empresas estadounidenses en general. En términos de empresas e ingresos, las empresas de latinos tienen 50 % más probabilidad de solicitar financiación que las empresas de blancos; las empresas de latinos reciben contratos sustancialmente más pequeños y la Gran Renuncia ha golpeado a las empresas de latinos con más fuerza que a otras.
Mientras hojeaba el informe, no pude evitar pensar en las diversas empresarias latinas a las que he tenido la oportunidad de entrevistar y presentar en los últimos años con AL DÍA. Entre muchas que me llaman la atención está Nadia Martínez.
Nacida en Agua Verde, Sinaloa (México), Martínez ha tenido muchos retos en su vida que han dado forma a la persona que es hoy. Desde ser testigo del divorcio de sus padres cuando era pequeña, pasando por ser criada por su abuela, que falleció cuando tenía 13 años, hasta tener que cruzar la frontera todos los días para ir y volver de la escuela.
De adulta, se casó con un militar y, poco después, en madre. Tuvo que sortear los traslados de su marido mientras compaginaba el trabajo con la educación de sus hijas. Me contó lo difícil que era hacerlo.
Sin embargo, se mantuvo centrada y decidida cuando se le ocurrió la idea de crear su propia empresa. Desde el 2014, ha operado Kallie & Co, un negocio social minorista en línea que vende productos hechos a mano creados por artesanos mexicanos. Su aventura empresarial le ha servido para tres cosas: trabajar a distancia, crear empleo en su México natal y promover la moda consciente.
Igualmente, pienso en la historia de Daniel Hernández. También mexicano, llegó a Estados Unidos cuando tenía 7 años. Criado en una familia de emprendedores, siempre imaginó que algún día también seguiría ese camino.
Tras años al frente de un negocio de limpieza doméstica, la madre de Hernández decidió seguir su verdadera pasión y montar su propio restaurante. Apenas unas semanas después de su gran apertura, a principios del 2020, cerró sus operaciones, ya que la entrega y la recogida se convirtieron en las únicas opciones.
Ante los retos de las empresas de reparto de terceros, Hernández lanzaría la suya propia. Es el fundador de The Apptopus, una plataforma de software que ayuda a los pequeños restaurantes a lanzar y mantener pedidos en línea y aliviar la carga de los servicios de entrega de terceros. Me dijo que era una necesidad, y es siendo los restaurantes negocios esenciales.
Más recientemente, tuve la oportunidad de entrevistar a Kersy Azocar. Originaria de República Dominicana, llegó a Estados Unidos de joven y desarrolló una carrera en el sector financiero. Gracias a su profundo conocimiento de los retos a los que se enfrentan los empresarios latinos, fundó Greenline Access Capital.
A través del espíritu empresarial, esta organización financiera sin ánimo de lucro pretende proporcionar acceso equitativo a la resiliencia financiera y la riqueza. Por medio de subvenciones y préstamos, ha ayudado a decenas de clientes a conseguir casi 3 millones de dólares en financiación.
Al reflexionar sobre las historias que he escuchado y sobre las que he escrito, he aprendido mucho: me han mostrado el verdadero valor de las empresas latinas en las muchas facetas de nuestra vida cotidiana.
Es estupendo recibir un informe anual sobre las contribuciones de la comunidad empresarial latina en Estados Unidos y sus estadísticas. Sin embargo, el verdadero mérito y valor están en esas historias de vida y en el recorrido de sus empresas.
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