Hace un mes el presidente Joe Biden firmó la Ley de CHIPS y Ciencia, con un presupuesto de 200.000 millones de dólares para los próximos diez años en investigación y desarrollo.

Permite destinar 52 mil millones de dólares en el impulso a la política industrial, para afrontar, entre otras cosas, la carrera tecnológica moderna frente a China. Se busca que la industria de Estados Unidos le gane la competencia, específicamente en semiconductores o microchips de vanguardia, nada fácil cuando los asiáticos producen más del 50 por ciento de lo que circula hoy en el mundo, un mercado con escasez tras la pandemia.

A propósito de ciencia, hubo una noticia para comienzos de agosto que no tuvo el despliegue suficiente en medios de comunicación. El Instituto Nacional de Política Científica y Tecnológica (NISTP) de Japón elaboró un informe sobre el volumen y calidad de investigación científica en el mundo, un aspecto que marca el poderío presente y futuro entre quienes se disputan esa posición.

El estudio se refiere en promedio a lo ocurrido entre 2018 y 2020. Los chinos hicieron 407.181 publicaciones científicas, frente a 293.434 de Estados Unidos, que es segundo en el mundo delante de Alemania. Esas cifras significan que China suma el 23,4% de lo que se produce en el planeta en términos de investigación científica, lo que le da estatura en términos de desarrollo.

Por otra parte, en el detalle, China es primero en investigaciones en ciencia de materiales, química, ingeniería y matemáticas y en solicitudes de patentes. Estados Unidos es líder en ciencias de la vida, física y medicina clínica. También es primero en la cantidad de doctorados otorgados y en lo que se invierte en investigación.

El estudio japonés reconoce que no es suficiente con publicar, sino el impacto que tienen las investigaciones. Y China también domina en ese ámbito de calidad. Ya había superado a la Unión Europea en el 2015 y a Estados Unidos en el 2019.

“China es uno de los principales países del mundo en términos de cantidad y calidad de artículos científicos. Para convertirse en el verdadero líder mundial, deberá continuar produciendo investigaciones reconocidas internacionalmente”. El testimonio es de Shinichi Kuroki, de la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón, publicado por Nikkei Asia.

Para el 2016, Science se refirió al liderazgo chino en número de investigaciones, pero dudaba de la calidad de lo producido. Ahora, el estudio publicado por NITSP despeja esas dudas y confirma que ahora sí hay un importante indicador de real incidencia sobre la ciencia.

En estos tiempos de disputa intensa por dominar el mundo, no se puede despreciar esta información. Sin duda, tras la revisión del modelo chino por Deng Xiao Ping, tras la muerte de Mao, China empezó paso a paso una evolución económica que lo tiene hoy peleándose la vanguardia en todo lo que eso implica. Es una explicación elemental, pero la conclusión es cierta. No están pensando en el hoy, sino en el mañana, con una paciencia a toda prueba.

En contraste, Estados Unidos tiene problemas dentro y fuera del país que ponen en peligro su liderazgo mundial. Y lo que concluye el informe de instituto japonés es solo la ratificación del propósito chino de no estar entre las cuatro potencias del mundo, sino en ser la primera.