¿El desarrollo le quitará el sabor latino a nuestra calle 9?
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El Proyecto de revitalización del “Lower Italian Market” (preparado por Interface Studio en 2008 para la Passayunk Square Civic Association y disponible en el sitio web de la PSCA) lee como un artículo de The Onion, en el que satiriza a los hípsters:
¡Pasos de peatones con rayas de cebra!
¡Islas de cruces peatonales!
¡Toldos con tragaluces!
Gracias a Dios, ese proyecto en particular tendrá que esperar un tiempo.
Michele Gambino, gerente comercial para South Ninth Street Business Association (que dirige la planificación del Distrito de mejoras comerciales de la 9ª calle y la Avenida Washington), nos dijo lo siguiente: “Estamos lejos de iniciar una construcción importante sobre la calle, y realmente no haríamos nada allí hasta que se desarrollara el edificio Ice and Coal”. Sucede que el proyecto del edificio Ice and Coal de la Administración Midwood de Nueva York es suficientemente preocupante.
Se prevé que “la construcción de cinco pisos para uso mixto” incluirá 70 apartamentos y 18.000 pies cuadrados de tiendas de venta al por menor a pie de la calle “que constituiría el frente de la avenida Washington y envolvería la 9ª calle”, así como estacionamiento subterráneo.
Alrededor de 200 comercios mexicanos activos se encuentran en riesgo; entre éstos por lo menos 35 se encuentran en la 9ª calle entre Washington y Federal, y algunos de los cuales fueron críticos para sacar al área de las ruinas y volverla esencial (haciendo que sea interesante para quienes esperan desarrollar el área).
Al platicar con los comerciantes mexicanos y centroamericanos que resultarían afectados por el proyecto, escuchamos serias preocupaciones sobre los planes para trasladar los puestos de mercado que están al aire libre dentro del edificio; sobre los costos anuales involucrados; y sobre el vertiginoso aumento de los alquileres.
La mayoría de las empresas mexicanas situadas sobre la 9ª calle, de hecho la vasta mayoría de los residentes mexicanos del área, son inquilinos en edificios que son propiedad de grupos gerenciales o dueños alejados —lo que hace que sean vulnerables al desalojamiento.
Juan Carlos Romero, propietario de Taquitos de Puebla (quien desde hace mucho tiempo participa en los Mercados nocturnos y que ha sido el ganador de varios premios “Lo mejor” de Philadelphia Magazine y otras entidades dominantes) piensa que la mayoría de los comercios que corren sobre el tramo de la 9ª calle entre Washington y Federal serán desplazados por el proyecto del edificio Ice and Coal de Midwood.
Existen varios factores que contribuyen a esta probabilidad. Una, que muchos de los propietarios de los comercios son indocumentados y aunque pagan sus impuestos con números de NITI (varios de ellos también podrían optar por la DAPA, si fuese liberada de litigio), no pueden obtener préstamos (o siquiera abrir una cuenta bancaria) sin un número de Seguro Social.
Si quieren comprar el edificio que alberga sus negocios —como hicieron en el 2007 Alma Romero y Marcos Tlacopico, quienes son propietarios de la tienda de pescado en la 9ª calle— tendrían que haber guardado suficiente efectivo para comprarlo totalmente.
El otro problema es que los propietarios de comercios que son inmigrantes mexicanos han sido apartados de la comunidad en general en cuanto a las pláticas sobre el desarrollo, y han estado ingeniándoselas solos (día a día y a largo plazo) algunas veces sin entender bien el inglés.
Romero, junto con Edgar Ramírez, Miguel Ortiz y Karenina Woff proponen cambiar eso al establecer la Comunidad Latina del Sur de Filadelfia, e involucrar a esos 200 comercios mexicanos en la asociación. Les daría mayor participación en cuanto a lo que sucede en la calle que ellos recuperaron de las ruinas. El edificio Midwood, lastimosamente, es un asunto decidido en el que no pueden ejercer influencia, pero esperan tener una voz más fuerte en las dos reuniones públicas antes de que finalice el plan de Desarrollo para la mejora de comercios para el área. Cada Latino con un interés comercial o residencial en el Sur de Filadelfia debe unirse.
Allí existe una oportunidad no solo para los mexicanos o latinos. El resto de Filadelfia debe asegurarse de que –a diferencia del edificio anaranjado donde venden cheesesteaks en la 9ª—no estemos colocando un rótulo metafórico de “Estos son los Estados Unidos, hable inglés” al hablar con nuestros vecinos, y sobre el desarrollo de nuestro vecindario.
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