El 2022 y los retos para América Latina
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La voltereta en el mapa político en el 2021 en América Latina puede vislumbrar lo que ocurrirá en el 2022. La crisis del modelo económico, representada por la profunda desigualdad, los altos niveles de desempleo, las altas tasas de ocupación informal y el incremento en la inseguridad alimentaria, puede ser el motor de lo que ocurra en el año que comienza.
Los cambios en quiénes ganaron las elecciones presidenciales en el 2021 dan una señal del talante de quienes tienen el reto de empezar a cambiar las condiciones de vida de sus gobernados.
En Honduras ganó las elecciones Xiomara Castro en un país azotado por la corrupción, por acusaciones de vínculos de miembros del gobernante Partido Nacional con el narcotráfico, por la delincuencia común y con la migración masiva hacia Estados Unidos antes las pocas posibilidades de salir adelante. Castro es la primera mujer presidenta y, además, con una propuesta socialista. Para el común de los hondureños, la ilusión es reducir la desigualdad en todos los ámbitos. Lo demás será el forcejeo con la derecha interna y la que se mueve en el continente.
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En la misma línea está Chile con la victoria de Gabriel Boric, por supuesto con más incidencia en sectores de izquierda y progresistas de la región. Chile rompe así con los rastros que dejó la dictadura de Pinochet. No se puede dejar de lado la victoria de Pedro Castillo, en Perú, que ha debido resistir la fuerte oposición en el Congreso y de sectores que han tenido el poder en ese país.
En el 2022 los ojos están puestos en las elecciones en Colombia y Brasil, que han tenido unos resultados lamentables por lo menos en lo social con dos gobiernos de derecha que llegaron a las peores cifras de aceptación en años. La pésima gestión de Iván Duque y Raúl Bolsonaro son la mejor carta de presentación para los candidatos que se perfilan para ganar la Presidencia.
En el caso de Colombia, Gustavo Petro, a nombre de una coalición de centro izquierda, rompería la tradición de una secuencia de gobiernos heredados de sectores que han manejado el destino de los colombianos. El centro de su programa de gobierno está en acciones para atacar las condiciones que han causado el cambio climático, la implementación del Acuerdo de Paz con la exguerrilla de las FARC -que favorece al sector rural- y el ajuste al modelo económico para priorizar la producción nacional. Antes de la primera vuelta presidencial, en mayo, los colombianos acudirán a las urnas en marzo para elegir a los congresistas, elección clave para garantizar la gobernabilidad de quien gane las presidenciales.
En el caso de Brasil, el gigante suramericano irá a elecciones generales en octubre. Para la Presidencia el favorito hoy es el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quien logró cambiar drásticamente las condiciones de vida de buena parte de brasileños. La expectativa es si aparece un rival para Lula en estos meses previos. Lo mismo se puede pensar en Colombia en el caso del favoritismo de Petro.
Si llegaran a ganar Petro y Lula, se integraría una nueva alianza de gobiernos progresistas o de izquierda, como en los tiempos de Hugo Chávez, inclinando la balanza en el continente, pero con el reto de no sumarle más frustraciones a la región. Un tema que también entra en juego será la manera como se den las relaciones con Estados Unidos.
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