Con los crespos hechos…
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Con los crespos hechos…
Así quedó Venezuela tras el debacle de la iniciativa opositora por tomar las riendas del país y dirigirlo de nuevo hacia la democracia.
Tras 17 años de transformaciones sociales, gracias al sistema paulatinamente represivo, torturador y hasta psicótico fundado por Hugo Chávez, el país finalmente ha cedido en su fractura, partiéndose en dos mitades irreconciliables.
Si no eres venezolano, es difícil explicar que en nuestro país nunca se vivió un Socialismo ni un Comunismo, ni ningún sistema político parecido. Estamos acostumbrados a las discusiones que comienzan con “Pero, ¿No es cierto que Chávez…?” Para desesperarnos en el intento y dejar a cada quien con su versión, antes de embarcarnos en un debate que podría llevar más de cinco horas y destruir breves amistades.
Pero tras la fuga masiva de venezolanos y la caída en picada de la economía del país, actualmente la Mesa de la Unidad Opositora pareciera dar palazos de ciego frente a la necesidad de enfrentar al Goliat que representan los “Rojos, Rojitos”.
Una inflación de más del 500%, el desabastecimiento del país, la crisis humanitaria y el aumento de presos políticos, han terminado por desenmascarar lo que todos los venezolanos sabíamos y nadie creía: el gobierno Chavista ha sido y sigue siendo una brutal dictadura.
Ante tal escenario, la voluntad popular se inclinó hacia la oposición en las elecciones del 6 de diciembre de 2015, a la hora de escoger a sus representantes en la Asamblea Nacional, presididaw esta vez por Henry Ramos Allup (un personaje emblemático del partido Acción Democrática), cuya gestión ha denotado la supuesta determinación de la oposición venezolana a recuperar lo que queda de país.
Tras apegarse a la Constitución y evaluar los procedimientos jurídicos para la solicitud del Referéndum Revocatorio en contra del actual Presidente de la República Nicolás Maduro, la Asamblea Nacional autorizó la recolección de firmas el día 26 de abril de 2016, que fue inmediatamente boicoteada, pospuesta y finalmente anulada por el Consejo Nacional Electoral, en un gesto de la más absoluta ilegalidad.
Frente a los hechos, que tomaron más de 5 meses, la oposición venezolana llamó a la toma de las calles y a la manifestación pacífica contra la violación de los derechos fundamentales democráticos. Pero si conocemos un poco la historia de este Régimen, ninguna manifestación resulta intacta. La milicia paralela armada y amparada por las fuerzas armadas hizo acto de presencia, y los resultados fueron los mismos.
Brazos más radicales de la oposición, como lo es Vente Venezuela, llamaron a las calles, a la radicalización de las movilizaciones y a una marcha hacia el Palacio de Miraflores, en Caracas. Pero la coalición “mediadora” de la Mesa de la Unidad, respondió a un llamado internacional por parte del Vaticano y de varios personajes de la política internacional, para iniciar un proceso de diálogo que resolviera de manera pacífica la situación del país.
El inicio del diálogo entre la oposición y el oficialismo venezolanos estuvo pautado para el 30 de octubre, y contó con la participación de Martín Torrijos (Expresidente de Panamá), Leonel Fernández (Expresidente de República Dominicana), Claudio María Celli (Enviado del Vaticano), Monseñor Aldo Giordano (Nuncio Apostólico en Venezuela), Ernesto Samper (Secretario General de Unasur) y José L. Rodríguez Zapatero (Expresidente de España), como “mediadores” y observadores internacionales.
Por su parte, entre los representantes del gobierno se encontraron Jorge Rodríguez (Alcalde del Municipio Libertador), Delcy Rodríguez (Canciller de la República), Elías Jaua (Diputado PSUV) y Roy Chaderton (Exembajador).
Finalmente, y representando a la bancada opositora, asistieron Jesús “Chuo” Torrealba (Dirigente Opositor), Luis Aquiles Moreno (Sub Secretario Nacional de Acción Democrática), Carlos Ocariz (Alcalde del Municipio Sucre), Timoteo Zambrano (Dirigente Opositor) y Henry Falcón (Gobernador del Estado Lara).
El debate fue transmitido tan sólo por los canales del Estado, haciendo un énfasis evidente en la edición de la transmisión, pues los medios independientes no tuvieron permiso de registrar el evento.
La temática varió desde el “compromiso” para el mantenimiento de la Paz, la situación de los Presos Políticos y el respeto de las competencias constitucionales, hasta la acción “conjunta” para el reabastecimiento del país y la atención sobre los temas económicos de urgencia.
El pueblo venezolano, armado de banderas y esperanzas, se quedó sentado en su casa, observando cómo su futuro era determinado por agentes extranjeros que desconocen la situación del país y que argumentan el interés internacional frente a la ineptitud de la oposición que supuestamente les representa.
Venezuela ha pasado 17 años en el limbo del “Ahora sí”, esperando el momento de la “vuelta a la normalidad”, al país de las oportunidades, el país que nadie abandonaba sino que recibía a todos los demás. Pareciera que una vez más, pudo más el interés que el dolor de millones de personas.
Una vez más, el pueblo que sufre y que ignora se quedó, en buen venezolano, con los crespos hechos.
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