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Foto: AL DÍA News Media

Columna invitada: Nelson Díaz se dirige al votante latino

Me postulo para alcalde con el fin de asumir retos difíciles, porque eso es lo que se merece Filadelfia. Somos una ciudad con mérito de mejorar, y no…

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Filadelfia está en una encrucijada. Nuestra ciudad cuenta con grandes oportunidades y grandes retos que enfrentaremos en los próximos cuatro años. Las decisiones que tomemos hoy, determinarán el tipo de ciudad que formaremos en la próxima generación. Ahora me estoy postulando para la alcaldía, con el fin de asegurarme de que Filadelfia se convierta en una ciudad de oportunidades para todos sus residentes.
Durante la última década, hemos visto como City Center y University City han crecido rápidamente, y al mismo tiempo el Navy Yard comenzó a prosperar. Los trabajos se han incrementado, generando la construcción de maravillosos nuevos edificios y los residentes han comenzado a regresar a la ciudad; pero también hay otra cara de Filadelfia.

Hoy en día el 40 por ciento de los ciudadanos de Filadelfia con un empleo tienen que viajar fuera de la ciudad para ir a trabajar. Tenemos la segunda tasa más baja de crecimiento del empleo de las pequeñas empresas desde la Gran Recesión económica, siguiendo a la ciudad de Detroit. El crimen es demasiado alto, las relaciones entre la policía y la comunidad se están deteriorando, y lo más penoso, es que nuestras escuelas han fallado en educar a una generación de nuestros hijos. Pero las cosas se pueden hacer mejor, podemos asegurarnos de que cada niño reciba una educación con los mejores estándares mundiales, y que cada familia viva en barrios más seguros y menos contaminados.

El arreglo de nuestras escuelas empieza con la eliminación del SRC, sin ambigüedades, ni condiciones para restaurar el control local y ponerlo en las manos de los padres de las escuelas de Filadelfia. Merecemos manejar nuestro propio distrito escolar para lograr un cambio positivo en nuestras escuelas, también tenemos que financiarlas, porque si los maestros ni siquiera tienen plumas y papel para sus salones de clase, libros y tecnología, nuestros niños conseguirán obstáculos para poder aprender. Esto no será un proceso fácil, pero es un paso absolutamente necesario para el futuro de nuestra ciudad.
Una vez que arreglemos nuestras escuelas, las familias jóvenes que se mudan a las afueras de la ciudad, al tener hijos se quedarán aquí y las empresas que deseen una fuerza laboral bien educada comenzarán a volver a la ciudad. Pero para mejorar nuestra economía, tenemos que hacer más. La fuerza de trabajo de Filadelfia, la clase media y las pequeñas empresas pagan demasiado en impuestos. Las familias pagan la misma tasa de impuestos por su casa que una mega corporación paga en una torre de oficinas de City Center. Usted paga un impuesto salarial del 4 por ciento en cada centavo de sus ingresos, impuestos que los residentes de los suburbios no tienen que pagar. Eso no tiene sentido, y yo lo voy a cambiar para mejorar sus ingresos económicos.

Para garantizar  que todos los ciudadanos de Filadelfia puedan compartir nuestra prosperidad, también me aseguraré de que todos estén protegidos por una verdadera justicia. La era de las medidas injustas llamadas “stop-and-frisks” dirigidas contra los hombres afroamericanos y latinos, ejecutadas sin tener en cuenta si han hecho algo malo tiene que terminar. Necesitamos una policía comunitaria, que este en armonía con los ciudadanos, para lograr el respeto mutuo. Igualmente debemos asegurarnos que los oficiales de policía estén activos en los barrios,  y que los residentes lleguen a conocer a los oficiales por su nombre. La justicia también exige que proporcionemos una ciudad acogedora a los inmigrantes, donde les proporcionamos identificaciones municipales y todos los servicios públicos, independientemente de cómo hayan llegado a América.

Me postulo para alcalde con el fin de  asumir esos retos difíciles, porque eso es lo que se merece Filadelfia. Somos una ciudad con mérito de mejorar, y no aceptamos no como respuesta. Ese es el enfoque que yo he tenido toda mi vida.

Desde que era un niño, la gente me ha estado diciendo que no debería soñar en grande y que no podía lograr nada. Me dijeron que nunca iba a salir de la pobreza, me dijeron que nunca podría graduarme de la universidad o en la escuela de derecho.Me dijeron que no podía arreglar la vivienda pública o hacer que los tribunales funcionaran mejor; pero nunca escuche esas voces porque estaban equivocadas. Como tu alcalde, te prometo que  si sueñas conmigo, si te paras a mi lado , y si luchas conmigo, yo siempre luchare por ti.

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