Columna invitada: Lynne Abraham se dirige al votante latino
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Mi nombre es Lynne Abraham y quisiera que votara por mí el 19 de mayo en las elecciones primarias democráticas para alcalde de Filadelfia.
Esta candidatura, como gran parte de mi vida, está lejos de describirse como algo convencional. Al igual que los soñadores en todas partes, veo lo mejor de lo que el futuro depara. Citando a Robert Kennedy: “Algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan por qué. Yo sueño con cosas que nunca han sido y me pregunto, por qué no”.
Conforme nos acercamos a las elecciones a la alcaldía más importantes en décadas, la ciudad de Filadelfia se encuentra preparada para la grandeza pero frustrada por un sistema que perpetúa el status quo. La mayoría de nosotros comparte una visión común para la ciudad: educación de calidad para nuestros hijos, empleos bien remunerados y oportunidades de trabajo, vecindarios seguros, y buenas relaciones, enfocadas en la comunidad, con los organismos a cargo de la aplicación de la ley. Esta visión nunca se logrará mientas que tengamos políticos que hacen sus propios negocios y sirvan a los intereses creados—en vez de hacer los negocios del pueblo—.
Creo que una ciudad tan grande y compleja como Filadelfia necesita un liderazgo fuerte en la alcaldía. Esa persona debe ser un pensador independiente, pero también un trabajador que colabora. Para acertar, debemos tener un enfoque integral. Nuestros hijos son nuestra principal prioridad, y salvar nuestras escuelas, nuestro principal desafío. Alcanzaré nuestras metas comunes al llevar a la mesa a los representantes de las partes interesadas: el superintendente, los directores, los maestros, los estudiantes, todos los padres de familia, los líderes comunitarios, los líderes comerciales, los líderes gubernamentales, y las organizaciones cívicas. Debemos respetar los contratos de nuestros docentes, pero también responsabilizarlos por el éxito de nuestros niños.
Mi experiencia como líder me convierte en una persona idónea para este cargo. Como Fiscal de Distrito, trabajé eficazmente en juzgar casos, presidir en procesos judiciales ante el jurado, y dirigir a una oficina de 600 empleados que estuvo a cargo de 75.000 casos al año. Luché por proteger a las víctimas del crimen, especialmente a quienes tenían menos posibilidades para protegerse a sí mismos.
Mis contendientes, Jim Kenney y Tony Williams, reciben millones en anuncios televisivos por parte de los grupos que sufragan gastos políticos sin estar involucrados o coordinados con los comités de los candidatos. Esto es incorrecto. La municipalidad no debe ser comprada y pagada por los intereses creados o los banqueros de Wall Street. Por eso es que rechacé los “fondos turbios” y pedí a mis contendientes que hicieran lo mismo.
Si quieren un líder que tengá éxito, que tenga el cerebro y la experiencia para hacer las cosas, entonces yo soy su alcalde. Si quieren un líder con las agallas y la valentía para decirle la verdad a Filadelfia, entonces yo soy su alcalde. Si quieren alguien que ponga a los ciudadanos de Filadelfia primero y que se sobreponga a los intereses creados, entonces yo soy su alcalde. Y juntos, convertiremos a Filadelfia en la próxima gran ciudad estadounidense.
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