Así que el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, gritó "Hasta la Victoria Siempre", una frase asociada con el "Che" Guevara y la Revolución Cubana. 

Y lo hizo nada menos que en Miami, una ciudad que alberga a una gran población de inmigrantes cubanos y venezolanos políticamente fosilizados, para quienes el ícono revolucionario nacido en Argentina es poco menos que el demonio. 

De Blasio, uno de los más de 20 candidatos demócratas a la presidencia, cometió su pecado fuera del Aeropuerto Internacional de Miami al final de sus palabras de apoyo a trabajadores sindicales que protestaban por los salarios y las condiciones de trabajo. 

Los trabajadores no tuvieron reparos con las palabras de De Blasio, incluso lo aplaudieron. Pero los hipócritas y reaccionarios de siempre, los mismos que aplauden los ataques de Trump a la libertad de expresión y las instituciones democráticas, no perdieron tiempo en criticar salvajemente al alcalde de Nueva York. 

Tristemente, desde el "genio estable" ocupa la Casa Blanca, la crueldad, el racismo, la inhumanidad se han convertido en una nueva normalidad que provoca pocas protestas. 

Por ejemplo, cuando los mismos que se manifiestan enfurecidos por De Blasio hablan de “quién tiene la culpa” del éxodo infantil, ignoran la responsabilidad histórica de EE. UU. en crear la terrible situación que estos países enfrentan al derrocar a gobiernos democráticos, financiar conflictos armados devastadores e imponer acuerdos comerciales que solo benefician a América del Norte. Sin mencionar su responsabilidad como el principal mercado de drogas ilegales y la explosión de la violencia de las drogas en esos países que obligan a los jóvenes a huir para salvar sus vidas. 

Los niños encerrados en jaulas, la persecución de los inmigrantes, el racismo que sufren diariamente los estadounidenses de raza negra, la guerra contra los derechos de las mujeres, ya rara vez generan indignación. 

Pero citar al Che Guevara, aunque sea por error, es como si el mundo se estuviera acabando. 

Hipócritas, esto es para ustedes: ¡Hasta la victoria siempre!