Por lo menos 500 mil votos para Senado no fueron contados en las elecciones del pasado 13 de marzo en Colombia para elegir el nuevo Congreso. Así quedó claro tras una veeduría a las listas de votos de varias de las mesas de votación. 

Los votos perdidos eran de partidos y movimientos de centro izquierda y de izquierda, lo que tienen a las autoridades electorales y al gobierno colombiano en un escándalo de fraude.

Pese a la ‘desaparición’ inicial de los votos, la principal fuerza de la oposición, representada por la coalición ‘Pacto Histórico’, logró la mayor votación en Senado y la segunda para la Cámara, un hecho inédito, pero no sorpresivo. El desprestigio del gobierno de Iván Duque y del partido de Gobierno, el Centro Democrático, se han reflejado en las encuestas desde el año pasado. Incluso, el expresidente Álvaro Uribe, respaldo de Duque y jefe del Centro Democrático, tocó fondo en las malquerencias.

Pero la historia no termina ahí. Uribe y sus seguidores han dicho que no aceptan los resultados en las elecciones, lo que ha encendido las alarmas en la oposición ante los riesgos de un golpe de Estado, impensable, pero no descartable, si se tiene en cuenta que el uribismo ha dado muestras de saltarse la tradición democrática del país y la transparencia para lograr sus objetivos. Ya dio muestras de sus alcances durante el plebiscito del 2016 y que avalaba el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC. Gano el ‘No’ a la paz en una estrategia en la que utilizó la mentira para engañar a sus electores y que admitió el gerente de la campaña.

Ya la autoridad electoral anunció el reconteo de todos los votos para Senado, más de 17 millones, y así espantar el fantasma del fraude. En la otra orilla, la oposición advierte que estará encima de las nuevas cuentas y ha llamado la atención sobre la cadena de custodia para que no se imponga la trampa. El reconteo podría dejar a la oposición con más escaños en el Congreso. 

Mientras tanto, todos los sectores empezaron la recta final a las elecciones presidenciales del 29 de mayo. Son ocho aspirantes, pero la atención se concentra en los extremos: Gustavo Petro, del Pacto Histórico de izquierda y centro izquierda, y Federico Gutiérrez, de derecha y apoyado por Uribe y el Centro Democrático.

Las encuestas dan a entender que hoy ganaría Petro. De hacerse realidad, sería histórico no solo para Colombia, sino para la región. Mantendría las buenas relaciones con Estados Unidos, su primer socio comercial. Además, se sumaría al bloque progresista que se ha empezado a formar Chile, Bolivia, Perú, Honduras, Argentina y México. Y este año se sumaría Lula, en Brasil, favorito a ganar las elecciones. ¿Chávez y Ortega? Difícilmente. ¿Y Cuba? Siempre es un as bajo la manga en Colombia para los procesos de paz y seguramente se buscará la paz total.