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SIMI VALLEY, CA - 30 DE OCTUBRE: Los fuertes vientos impulsan el Easy Fire el 30 de octubre de 2019 cerca de Simi Valley, California.
SIMI VALLEY, CA - 30 DE OCTUBRE: Los fuertes vientos impulsan el Easy Fire el 30 de octubre de 2019 cerca de Simi Valley, California. (Foto de David McNew / Getty Images)

La Administración Trump se retira del Acuerdo de París mientras California arde

Nunca las políticas gubernamentales del gobierno de Donald Trump habían sido tan paradójicas como con el cambio climático.

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Durante las últimas tres semanas, el estado de California ha visto cómo las lenguas de fuego devoraban gran parte de su territorio, amenazando a la población y sus reservas naturales por igual.

El llamado incendio Kincade en el norte del estado ha arrasado durante 11 días más de 70.000 acres, o el equivalente a dos veces la ciudad de San Francisco, según reportó NPR.

El resultado han sido 180.000 personas desplazadas y 374 edificios destruidos desde el pasado 23 de octubre.

Alimentados por los vientos típicos de otoño, varios focos de fuegos simultáneos han atacado otras zonas del estado, y esta no es primera vez que pasa.

Según explicó National Geographic, la región suele experimentar veranos muy largos y secos que transforman la vegetación en combustible que se enciende y extiende gracias a los vientos anuales, afectando ecosistemas como el chaparral del sur y los bosques de pinos del norte.

Esta es una circunstancia que ha ido en aumento desde hace más de 30 años, contando con quince de los 20 incendios más grandes en la historia del estado desde el 2000.

Y todos los dedos apuntan a un culpable ineludible: el cambio climático.

“Durante el siglo pasado, la temperatura de California aumentó en aproximadamente 3 grados Fahrenheit, más que el promedio global de aproximadamente un grado”, agrega la revista. “El aire más caliente evapora el agua de las plantas y los suelos de manera más eficiente que el frío, dejando los árboles, arbustos y pastizales del estado secos y listos para quemarse”.

A pesar de la evidencia científica, la Administración Trump sigue haciendo oídos sordos.

Desde el inicio de su gobierno, Donald Trump ha establecido la industria dependiente de los combustibles fósiles como prioridad en su discurso, así como el separatismo diplomático como estrategia exterior, anunciando su retirada del Acuerdo Climático de Paris durante junio del 2017.

El negacionismo de su campaña – que ha insistido desde el principio en que el cambio climático es una “estafa” – le ha costado el criticismo internacional tanto de homólogos como de activistas, incluyendo a la joven sueca Greta Thunberg.

Pero el gobierno sigue inmóvil en sus posturas, al punto de amenazar a California con recortes económicos para luchar contra los incendios forestales.

En una serie de tuits durante el día domingo, el presidente estadounidense culpó al gobernador de California, Gavin Newsom, de no saber “administrar adecuadamente” los bosques del estado, y de enfocarse en los ambientalistas y no en poner fin a los incendios”.

“Todos los años, mientras la ira de los incendios quema California, sucede lo mismo, y luego viene al Gobierno Federal en busca de ayuda y dinero”, escribió Trump. “No más. Espabila, gobernador. Este tipo de incendios no se ven ni de cerca en otros estados”.

Para Newsom, la respuesta fue sencilla: “Dado que usted no cree en el cambio climático, queda excluido de esta conversación”.

Y “excluirse” es algo que sabe hacer muy bien este gobierno.

Este lunes se inicia formalmente la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Climático de Paris, según declaró el Secretario de Estado Mike Pompeo en un comunicado de prensa.

El procedimiento llevará un año para concluirse, y podrá hacerse oficial justo el día antes de las elecciones presidenciales del 2020, según explicó CBS News.

Durante este tiempo, Estados Unidos ya no se ve obligado a reducir o controlar las emisiones de carbono, y podrá pasar por alto formalmente cualquier tipo de discusión durante cumbres internacionales al respecto – algo que el presidente ya ha dado por hecho desde el principio.

Mientras tanto, los contribuyentes, que Pompeo utiliza como argumento de la Administración para separarse del acuerdo, son quienes sufren los efectos de la gran amenaza mundial; mientras el estado más poblado del país huye de fuegos, vive cortes eléctricos y pierde todo en un abrir y cerrar de ojos