La violencia en Colombia no terminó con la firma del Acuerdo de Paz del 2016, si bien es cierto que durante los años de la negociación hubo una mengua muy sensible en la violencia a poblaciones civiles (dado que la guerrilla de las FARC no era el único grupo al margen de la ley).

Por otra parte, dado que los factores sociales que ocasionaban la violencia no se han resuelto, es relativamente “normal”, que ésta continúe. Especialmente pues con la salida de la guerrilla de las FARC, se creó un vacío de poder que otros grupos dedicados al narcotráfico han llegado a ocupar, como explica un reciente documental de Al Jazeera.

Sin embargo, desde la firma del Acuerdo de Paz se ha observado una continua e intensa violencia contra líderes sociales a lo largo y ancho del país. Se trata de personas que en las regiones trabajan por causas como la defensa del medio ambiente, la restitución de las tierras que dejaron por la violencia del conflicto armado, la búsqueda de personas dadas por desaparecidas y la sostenibilidad de proyectos campesinos, entre otros objetivos.

De acuerdo a los datos consignados en lideres-sociales.datasketch.co, desde el primero de enero de 2016 han sido asesinados 578 líderes, esto con datos actualizados hasta el 4 de diciembre de 2019. Aquí están los nombres de cada uno, con las causas que defendieron hasta dar la vida.

Es decir, en promedio, del 1 de enero de 2016 al 4 de diciembre de 2019, un líder ha sido asesinado cada 1.8 días.

El Gobierno colombiano, representado por dos pasados ministros de Defensa, se ha manifestado con declaraciones desafortunadas y polémicas, como decir que los asesinatos son provocados por “líos de faldas” o porque los líderes están vinculados al narcotráfico.

El pasado 17 de diciembre, el actual ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, estuvo en Tumaco, Nariño, presentando el plan Zonas Futuro, que buscaría reforzar la seguridad de las zonas más azotadas por el narcotráfico en la actualidad. Ese día, un presidente de una junta de acción comunal le pidió al ministro que reforzara la seguridad de los líderes de la comunidad, ante las amenazas y el abandono del Estado. 7 días después, Lucy Villareal fue asesinada en ese mismo municipio.

Hoy, 26 de diciembre, el Consejero Presidencial en Derechos Humanos  y Relaciones Internacionales Francisco Barbosa, hizo su balance del año, en el que declaró que no es posible hablar de una sistematicidad en los asesinatos a líderes sociales en Colombia. Según él, antes bien “lo que existe es una acción de la delincuencia, de los criminales, del narcotráfico, de la gente que practica la minería ilegal, de aquellos que están luchando por apoderase de las rutas del narcotráfico en algunas de esas zonas donde se ha producido un aumento de los cultivos ilícitos. Más que sistematicidad lo que existe es una acción contra nuestros líderes por diversas causas”.

Natalia Jiménez era ecóloga. Trabajaba con la Fundación Natura, una de las fundaciones ambientalistas más antiguas de Colombia. Ella hacía parte de un proyecto para la conservación y recuperación de las cuencas de los ríos Cauca y Magdalena. Su esposo, Rodrigo Monsalve, era antropólogo y trabajaba como DJ en Santa Marta.

El viernes 20 de diciembre iban camino a Palomino, donde celebrarían su luna de miel. En el camino fueron abordados por desconocidos. En ese momento se cortó la comunicación que Natalia tenía con su padre. El 23 de diciembre fueron encontrados sus cuerpos. 

El miércoles 25 de diciembre se entregó a las autoridades un implicado en los asesinatos, gracias a quien se supo que la agrupación narcotraficante “Los Panchencas” estaría implicada en los hechos.

Lucy Villareal era madre de dos menores de edad, artista, líder social integrante de la Fundación Cultural Indoamericanto, que se dedica al desarrollo comunitario a través de expresiones artísticas de origen andino-ancestral.

El 24 de diciembre, Villareal fue asesinada por hombres armados, aún sin identificar, a la salida de un taller para niños en el corregimiento de Llorente, en Tumaco, Nariño.

José Miguel Vivanco, director en las Américas de Human Rights Watch se refirió a su muerte, señalando que en esta zona la violencia no cesa pese a la muerte de alias “Guacho” hace un año.

Reinaldo Carrillo pertenecía a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, en la seccional de Huila, usa asociación que busca agrupar, capacitar y representar a los campesinos como interlocutores con el Gobierno y la sociedad.

Carrillo fue asesinado la madrugada del 25 de diciembre en su casa, frente a su familia, por hombres en moto que le dispararon numerosas veces. Aún no hay información sobre quiénes fueron los responsables.

Navidad, que todos los años
Me recuerda a los que murieron
Los que de mi lado se fueron por siempre
Para no regresar,

Cantaba el venezolano Pastor López y hoy, de nuevo, recordamos sus palabras.