¿Qué es el soda tax? y ¿a dónde van los ingresos fiscales de las bebidas en Filadelfia?
Según la Controladora de la ciudad, el 70% del presupuesto aún no se ha gastado en los programas para los que está destinado.
Cada vez que va a la tienda y compra una Coca-Cola o cualquier bebida con azucar, está pagando extra por el “Beverage Tax” de Filadelfia, mejor conocido como el impuesto a las gaseosas.
Entre 2017-2019, la tarifa ha generado un ingreso de $ 193.8 millones para la ciudad.
El alcalde Jim Kenney propuso el impuesto de 1.5 centavos la onza para financiar un sistema de Pre-K universal, escuelas comunitarias, y la deuda del programa Rebuild para mejorar parques urbanos, centros de recreación y bibliotecas.
Sin embargo, el miércoles, la Controladora de la ciudad Rebecca Rhynhart publicó un informe que concluye que, de todos los ingresos generados por el impuesto, solo 30.5% o $ 59.2 millones han sido empleados.
Los restantes $134.6 millones están en el fondo general de la ciudad.
Esto ha llevado a Rhynhart a instar a la administración de Kenney a crear una cuenta separada, algo que Jim Engler, Jefe de Gabinete del Alcalde, considera poco factible.
"Lo que está pidiendo es algo que estaría muy fuera de lo normal, por la forma en que la ciudad ha manejdo presupuestos durante los últimos 60 años", dijo.
En general, el presupuesto del impuesto a las bebidas se ha gastado principalmente en el programa de prekínder de la ciudad, con una inversión de $ 49,900,372. Otros $ 4,851,489 se destinaron a escuelas comunitarias.
Del mismo modo, el impuesto ha proporcionado a la Oficina de Educación $1,800,095, que según la investigación, paga toda la nómina de la entidad. Esto deja $2,633,017 para gastar en el Servicio de Rebuild y para pagar la Deuda de Parks and Recreation.
Según la Controladora de la ciudad Rebecca Rhynhart, el 70% del presupuesto aún no se gastó en los programas para los que estaba destinado.
"La oficina del alcalde ha dicho que eventualmente lo hará, pero sigo presionando para que ceparen las cuentas y asi garantizar que los ingresos se gasten solo en lo que se prometió a los votantes", dijo Rhynhart.
El jefe de gabinete del alcalde no está de acuerdo con “los márgenes [la investigación cuenta como gastos” y le preocupa el efecto que podría traer en un impuesto de por si controvercial.
"Nuestra preocupación es que la industria de bebidas ha gastado decenas de millones de dólares en lobbying la ley estatal para tratar de hacer que deroguemos el impuesto", dijo Engler. "Al hacer esto, ella está apoyando esos temas de conversación sin mencionar lo que dijimos en 2016", enfatizó.
A lo que Engler se refiere es a los eventos de 2017, cuando gran parte de los ingresos por impuestos a las bebidas tuvieron que ser suspendidos debido a muchas batallas por la legalidad del impuesto.
La consulta finalmente se resolvió en 2018 después de que la Corte Suprema de Pensilvania dictaminara que la ciudad no violo la ley estatal al implementar el impuesto.
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"Mientras estábamos bajo litigio y bajo el sistema judicial, detuvimos la expansión de los programas en caso de que pudiéramos perder", recuerda Engler.
Del mismo modo,”lo que se dijo" se remonta a los primeros años del programa.
"Teníamos claro que durante varios años de la administración del impuesto, el impuesto entrante sería más de lo que gastaríamos en esos programas", dijo.
Un elemento que eventualmente cambiará, dice, llegando a un punto en el que "los gastos de los programas excederían los ingresos entrantes".
La ciudad planea resolver este problema futuro utilizando el resto de los ingresos fiscales que aporta la ciudad para "complementar también los nuevos ingresos que provienen del impuesto a las bebidas", explicó Engler.
Ya sea que el dinero provenga del impuesto a las bebidas o de los ingresos fiscales suplementarios, el jefe de gabinete del alcalde no deja espacio para la posibilidad de una cuenta separada.
"Tenemos que hablar con el Concejo Municipal como parte del próximo proceso presupuestario, pero si sigamos la historia pasada, continuaremos haciendo exactamente lo que estamos haciendo ahora", dijo Engler.
Mientras tanto, Rhynhart se mantiene firme sobre la creación de una cuenta separada para los ingresos fiscales. "Es una buena práctica calmar el interrogatorio. No veo por qué no si planean gastarlo en lo que dijeron ", explicó.
Por ahora, los $134.6 millones que no se han gastado en los programas permanecen en el Fondo General de Filadelfia, donde, según el controlador de la ciudad, "simplemente está fluyendo hacia el cofre de la ciudad, donde es muy difícil decir si se ha gastado o no. . "
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