Christian Hall, de 19 años, fue asesinado por policías del Estado de Pensilvania el 30 de diciembre de 2020. En el aniversario de su muerte, la familia de Hall celebró una vigilia cerca de su casa y del paso elevado donde Hall murió.

Los activistas celebraron actos similares en más de una docena de lugares, como Nueva York, Filadelfia, Los Ángeles y Filipinas, donde nació la madre de Christian, Fe Hall.

Nicole Henríquez, prima de Hall y una de las organizadoras de la vigilia, dijo a NBC News que el evento muestra al estado que la gente recuerda el caso. Las reuniones incluyeron ceremonias con velas, poesía y música.

"Lo que necesitaba era apoyo y comprensión, pero en lugar de eso fue abatido a tiros con las manos en alto", se leía en las publicaciones de Instagram que anunciaban las vigilias.

El miércoles 30 de diciembre de 2020, Hall estaba en plena crisis de salud mental. Había pasado recientemente por una ruptura y estaba luchando contra el aislamiento provocado por la pandemia. Hall, que fue adoptado de China cuando era un bebé, también sufría un trastorno reactivo del apego, que es común entre los adoptados. 

Hall llamó anónimamente al 911 para informar de una persona posiblemente suicida. Cuando los policías estatales llegaron, se informó de que Hall había sido visto de pie cerca de un puente con una "pistola de perdigones de juguete", lo que sugiere que estaba contemplando el suicidio.

La policía estatal de Pensilvania afirmó que el adolescente se mostró poco cooperativo y comenzó a avanzar hacia ellos, apuntando con el arma directamente a los agentes. En un acto de defensa propia contra esta amenaza percibida, dispararon y mataron a Hall.

El otoño pasado, un nuevo vídeo publicado por Spotlight PA mostró los últimos momentos de la vida de Hall, revelando que tenía las manos en alto cuando le dispararon. 

Los padres de Hall han demandado a los policías que le dispararon, cuyos nombres no se han hecho públicos, y piden a los dirigentes estatales que abran una nueva investigación. 

Están trabajando con la Asian Pacific Islander Political Alliance, una organización sin ánimo de lucro con sede en Pensilvania, para impulsar un mayor acceso a la atención de salud mental para los asiático-americanos, incluidos los que son adoptados. 

Los Hall también quieren que los profesionales de la salud mental respondan a las llamadas al 911 junto con los agentes de la ley. Otras ciudades, como Denver, Oakland y San Francisco, han puesto en marcha programas piloto con estrategias similares.

El padre de Christian, Gareth Hall, dijo a NBC News que "los trabajadores de la salud mental deberían estar allí", y que deberían "trabajar mano a mano con estos profesionales de la salud mental para ayudar a desescalar y dejar que los profesionales de la salud mental tomen la iniciativa en este tipo de llamadas." 

Fe Hall dijo que piensa en su hijo solo en el puente, enfrentado a múltiples coches patrulla y policías uniformados, con las armas desenfundadas. Ella cree que cualquier persona en esa situación habría reaccionado con confusión o miedo. 

"¿La policía? No son cuidadores", dijo.