Hace entre 1200 y 1000 años, las mesetas desérticas del actual noroeste de Nuevo México fueron el hogar de una de las primeras civilizaciones más avanzadas de América: los nativos americanos Pueblo. 

Hoy en día, su legado se mantiene gracias a la supervivencia de una serie de lugares sagrados y de viviendas únicas de varios pisos hechas de adobe que se distinguieron en todo el suroeste del desierto. 

En el noroeste de Nuevo México, estos lugares se encuentran dentro de un parque de 30.000 acres conocido como Parque del Cañón del Chaco, que fue creado en 1907 por el presidente Theodore Roosevelt.

Hace unos 10 años, los líderes de los pueblos y otras tribus locales de la zona comenzaron a expresar su preocupación a la entonces administración de Obama por la invasión de las perforaciones de petróleo y gas en el parque.

El Congreso prohibió algunas perforaciones a corto plazo alrededor del parque en respuesta a las preocupaciones, pero nada a largo plazo o permanente. Se ha dejado la puerta abierta a la posibilidad de perforar si se desea.

Hasta el 15 de noviembre de 2021, cuando el presidente Joe Biden promulgó una nueva orden ejecutiva que crearía un nuevo radio de 10 millas de perforación alrededor del parque.

El anuncio se produjo durante la primera cumbre tribal de la Casa Blanca desde 2016, en la que Biden también ordenó al Departamento de Seguridad Nacional y al Departamento de Justicia que elaboraran una estrategia centrada en las tribus para abordar la crisis de las mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas en el país.

Para la secretaria del Interior, Deb Haaland, que intervino en la cumbre, la protección del Cañón del Chaco representa un foco cultural para las tribus del suroeste desértico, y una historia necesaria para transmitir a las generaciones de estadounidenses.

"Ahora es el momento de considerar protecciones más duraderas para el paisaje viviente que es Chaco, de modo que podamos transmitir este rico legado cultural a las generaciones futuras. Valoro y aprecio a los numerosos líderes tribales, funcionarios electos y partes interesadas que han persistido en su trabajo para conservar esta zona especial", dijo Haaland.

Al ordenar una barrera de protección de 16 kilómetros alrededor de Chaco, el gobierno de Biden también ha provocado probablemente la ira de la industria del petróleo y el gas de Nuevo México en un momento de aumento de los precios del petróleo y el gas. 

Al argumentar su oposición a la orden ejecutiva, Robert McIntyre, portavoz de la Asociación de Petróleo y Gas de Nuevo México, dijo al New York Times que no había planes futuros de las empresas para desarrollar en el parque. También se manifestó en contra de cómo se determinó el radio.

"No parece haber una justificación científica o medioambiental para ese radio de 16 kilómetros", dijo.

La oposición probablemente signifique posibles desafíos judiciales en el horizonte, pero por ahora, los lugares sagrados del noroeste de Nuevo México están a salvo.