Si alguien se preguntaba el por qué de la lentitud y el retraso del Congreso para llegar a un acuerdo sobre la ley de gastos, aquí está su respuesta.

Según explicó Politico, “los presupuestos presidenciales siempre llegan muertos al Capitolio, pero (este) ómnibus (una única ley de gastos que financia casi todas las funciones del gobierno) pareciera ser más un producto del gobierno dividido en la Era Obama que del monopolio en la Era Trump”.

Y es que, para sorpresa de algunos, los legisladores finalmente se pusieron de acuerdo y los Demócratas salieron ganando, aunque a un precio muy alto para los inmigrantes.

En horas de la tarde del viernes, el presidente Trump recurrió a Twitter para informar que consideraba recurrir al veto para bloquear el proyecto de ley pues, “más de 800.000 beneficiarios de DACA han sido totalmente abandonados por los Demócratas”.

Algo con lo que, por primera vez, podemos estar de acuerdo.

Quizás para el presidente las razones no sean precisamente el abandono de DACA, sino que la ley no elimina ninguno de los programas o agencias que Trump ansiaba finiquitar, protege algunas prioridades de la Era Obama, e incluso las expande.

Según continúa Politico, el Congreso aumentó en un 14% el financiamiento para los renovables del Departamento de Energía, no recortará el financiamiento de las ciudades santuario, no eliminará el National Endowment for the Arts, el National Endowment for the Humanities o el Legal Services Corporation.

Por otro lado, y si bien la Casa Blanca obtiene 1.6 mil millones para seguridad fronteriza, “la ley especifica que no pueden ser gastados en el muro de concreto que el presidente quiere”, explica el medio.

La ley tampoco recortará las becas Pell para estudiantes de bajos ingresos ni el financiamiento de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades o los Institutos Nacionales de Salud.

En resumen, el proyecto de financiamiento que introdujo Trump a través de su director presupuestario Mick Mulvaney, no se vio satisfecho prácticamente en lo absoluto.

“Trump ha amenazado frecuentemente con cerrar el gobierno si los Demócratas no cumplen con sus demandas”, explica Politico. “Pero los líderes Republicanos estaban claramente desesperados por los votos Demócratas que necesitaban para mantener el gobierno abierto”.

Al punto que la nueva ley ni siquiera recorta el financiamiento en programas como Planned Parenthood, algo que mide el extremo al que los Republicanos estaban dispuestos a llegar con tal de obtener los votos.

Y al ver que gran parte de sus deseos eran concedidos, los Demócratas olvidaron su lucha con los jóvenes indocumentados llegados en la infancia, y pasaron por alto la lucha por recuperar el programa que los amparaba.

Para el Representante Luis V. Gutiérrez, miembro del Comité Judiciario de la Cámara, “los inmigrantes y los Latinos fueron atropellados por el ómnibus y no tenemos nada a cambio”, escribió en un comunicado.

Por su parte, el Caucus Hispano del Congreso (CHC), representado por su directora la Rep. Michelle Lujan Grisham, emitió un comunicado asegurando que no apoya la nueva ley pues, “al no incluir una solución permanente para los Dreamers en el ómnibus, el Presidente y los Republicanos han prolongado esta crisis autoinfligida y han dejado a los Dreamers en el limbo y a merced de una orden judicial temporal”.