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Former presidential candidate Mitt Romney is expected to run for the seat being vacated by Sen. Orrin Hatch of Utah. (Jabin Botsford/The Washington Post via Getty Images)Jabin Botsford/The Washington
Former presidential candidate Mitt Romney is expected to run for the seat being vacated by Sen. Orrin Hatch of Utah. (Jabin Botsford/The Washington Post via Getty Images)Jabin Botsford/The Washington

Mitt Romney, la Revancha Republicana

En un momento crítico para la política estadounidense, el ex gobernador de Massachusetts y otrora candidato presidencial, ha hecho pública su anticipada…

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El 2018 se perfila como un año en el que los Demócratas – y el país entero – podrían tener una venganza política contra el Partido Republicano.

En la ausencia de una dirigencia política coherente, no es de extrañar que dentro de los mismos grandes partidos surjan nuevos (y viejos) perfiles.

Tal es el caso de Mitt Romney, empresario y político estadounidense, mejor conocido por haber sido gobernador del estado de Massachusetts entre el 2003 y el 2007 y por haberse lanzado a las presidenciales en el 2012 contra Barack Obama.

Después de un tiempo fuera de los focos, este conservador ha decidido poner un pie sobre sus palabras y lanzar una campaña para reemplazar a Orrin Hatch, presidente ‘pro tempore’ del Senado, quien se retirará de la política pasados los 80 años, según reporta Europa Press.

“Considerando todas las cosas que están pasando en Estados Unidos, sentimos que es el momento adecuado para servir a nuestro estado y a nuestro país”, dijo el político a través de su vídeo de campaña. “Les pido su apoyo y su voto.”

La estrategia política de Romney se perfila como una “revancha republicana” contra el gobierno de Donald Trump, a quien criticó arduamente durante las primarias republicanas en el 2016. “Estoy contendiendo para el Senado de Estados Unidos para servir a la gente de Utah y traer los valores de Utah a Washington”, dice el candidato en su vídeo de campaña. “Utah tiene mucho que enseñarle a los políticos en Washington”, explicó, haciendo referencia al balance económico y hasta al respeto por los ciudadanos inmigrantes.

Si bien Romney fue seducido por la Administración Trump para formar parte de su equipo en un principio, sus posturas de “ligero conservador” han distanciado a ambas partes desde hace algún tiempo.

Para Republicanos más radicales, esta es precisamente una de las razones por las cuales el GOP no debería apoyar al ex gobernador.

El presidente del Partido Republicano en Utah, Rob Anderson, dijo al Salt Lake Tribune que dudaba de la capacidad de Romney para representar al partido. “Él nunca ha sido partidario de Trump. Sólo quiero a alguien que apoye las plataformas del partido”.

Por otra parte, para medios como The Atlantic, es precisamente el inmovilismo político de Utah la herramienta fundamental para la campaña de este conservador. “Aún cuando Trump ha conquistado con éxito gran parte del conservatismo estadounidense, el profundamente rojo Utah se ha mantenido sorprendentemente resistente a sus injerencias”, explica el medio.

En un momento en el que el GOP se percibe más como una tribu (cuyo cacique, obviamente, es el presidente) un candidato al Senado como Romney podría implicar un divisionismo interno que hará más cuesta arriba las elecciones del 2018, poniendo frente a frente a un agujereado partido Republicano contra un Demócrata que aún no sabe de qué hilos tirar.